Entrevista a la crew del Rototom Sunsplash: La comunidad Reggae se instala en Benicássim
Rototom Sunsplash es un evento de más de una semana que rompe de forma radical con el concepto de festival que tenemos en este país y, en este sentido, la valoración de que vaya a asentarse en España es francamente positiva por las dinámicas y sinergias que puedan generarse en torno a él.
No se concibe un evento de estas características como un mero abandono hedonista en el que perder la razón y hartarse a beber y comer durante días sin atender más allá, sino más bien como un espacio público donde una comunidad concienciada y predispuesta puede trasladar a la práctica, al menos durante su transcurso, la utopía altermundista de creer que “otro mundo es posible”. Un entorno libre donde no hay lugar para el racismo, la guerra o la discriminación y donde es posible -y necesario- convivir, compartir, debatir y disfrutar con las máximas del respeto y del aprendizaje en común siempre muy presentes.
En Rototom Sunsplash, otro mundo no sólo es posible, sino que es una realidad palpable.
Según tengo entendido, el motivo del traslado a España es el hostigamiento que sufríais por parte de las autoridades italianas y que en la práctica se manifestaba en forma de denuncias, registros policiales en busca supuestamente de psicotrópicos y vejaciones de muy diverso tipo. ¿Quién creéis que se encuentra tras este cambio repentino de actitud por parte de las fuerzas de seguridad? ¿Tanto influyó la caída del equipo de gobierno de Romano Prodi y el auge en paralelo de Silvio Berlusconi o se trataba más bien de un asunto a escala regional o local?
Pienso que este es un momento histórico para Italia: está pasando por un momento muy adverso porque la derecha es siempre más agresiva y está eliminando internamente a todos los moderados. En este momento, el partido de derechas está muy aliado con la Liga Norte, una fuerza política muy xenófoba, que asusta a la gente mostrando a los extranjeros como quienes roban el trabajo, autores de violencia. En esa concepción del mundo, el propio primer ministro Berlusconi dijo “no quiero un mundo multiétnico, quiero que Italia con sus tradiciones, con su iglesia… Los extranjeros tienen que hacer un curso antes de pedir la nacionalidad italiana”. En esa perspectiva, el festival demuestra, con su presencia, que el mundo multiétnico es posible y mejor. La gente no se asusta de la diversidad cuando acontece el festival y puede comprobar la diferencia entre la marihuana y otras drogas. Nosotros no sólo hablamos de estos temas, sino que en el festival un joven o no tan joven puede observar la realidad de las cosas. La política quería atajar todas estas experiencias, que pueden demostrar al pueblo que lo que ellos hablan, no es verdad. Este tipo de política está acaparando todos los medios: tres televisiones de Berlusconi, más tres públicas hablando en un mismo sentido. El festival se ha establecido institucionalmente en el Friuli durante sus 16 años y era una demostración de que lo que hablan, no es cierto. Después aprovecharon que estaba el Giotto en l´Aquila y que había mucha policía, muchas fuerzas del orden trabajando en esas fechas y cerraron el pacto de Schengen, por lo que se aprovecharon de estas situaciones para favorecer la represión de nuestro festival, así como también otros más pequeños. Por ejemplo, cuando nosotros conocimos este problema, media Italia se movilizó: muchos pensadores e intelectuales expresaron su disconformidad y se pusieron de nuestro lado. Imagina un festival pequeño, como Bornasco Festival, todas esas pequeñas realidades están ahora cerradas y nadie ha podido manifestarse en contra o movilizarse.
Un aspecto controvertido en la óptica del festival y por el que trató de imputarse a su director es el del posicionamiento antiprohibicionista –o incluso incentivador, como se decía en los autos judiciales- hacia las drogas blandas, concretamente hacia el Cannabis sativa. Dado que asiste un público joven, incluso infantil –el área Magico Gioco está dedicada en pleno a ellos-, ¿no creéis que banalizar el uso de este tipo de sustancias también pudiera entrañar algún tipo de consecuencias negativas? ¿Por qué abogáis por despenalizar la marihuana y no lo hacéis extensivo al resto de las sustancias consideradas ilícitas?
No hacemos ninguna banalización del consumo de marihuana. El nuestro es un festival antiprohibicionista en el sentido de que cada año ha intentado demostrar como la política de guerra contra las drogas produce efectos nefastos. En Italia, en el último año, con la legislación infame y con la involución del sistema carcelario, han fallecido personas como Stefano Cucchi, Aldo Bianzino o Federico Drovandi. Nunca hemos sugerido o aconsejado a nadie que utilice la marihuana. Hemos hablado de ciertos aspectos terapéuticos de la marihuana, pero nos hemos aliado con una asociación italiana muy importante como Fórum Droghe, que tiene profesores, políticos, estudiosos…todos ellos gente muy seria, por decirlo así. Con ellos hemos intentado hacer comprender como las leyes vigentes en Italia, que son tremendas, producen el efecto contrario: Italia invadida por la cocaína, las drogas duras y la represión, sobre todo en los últimos dos años, se ha reforzado contra los pequeños consumidores. Últimamente en Italia ha aparecido un estudio sobre las acciones antidroga y en el último año se ha producido una disminución enorme de las grandes operaciones contra el crimen organizado, hay mucha menos represión contra el crimen organizado, y en paralelo se ha producido un gran incremento en el arresto de pequeños consumidores. En Italia si llevas cinco gramos, te arrestan automáticamente. Nosotros tenemos una responsabilidad grande. En cada edición, ternemos un encuentro para explicar el daño y la diferencia entre una droga y otra. No se puede promover el uso de una droga en contraposición a otra. Por ejemplo, el año pasado estuvo la Universidad de Padova, que hizo un juego interactivo en el que tu colocabas tu edad, el sexo, el volumen corporal y después podías experimentar a tomar alcohol: una cerveza, dos cervezas…y podías comprobar rápidamente los efectos inmediatos y a largo plazo. Entonces el joven se divertía al tomar cocaína, heroína, alcohol y cuando llegaba a la marihuana, tomaba, tomaba y tomaba y el daño era siempre pequeño. De hecho, con el alcohol –el Friuli es una región que produce vino y donde los niños están acostumbrados a beber alcohol-, ese joven cuando miraba el efecto de tres o cuatro whiskies con cola, no daba crédito a la diferencia entre eso –que en el Friuli puede ser algo normal, de su cultura-, el daño del alcohol y lo que producía la marihuana, la cocaína, el LSD… Por eso debe producirse una explicación antes del mensaje. El mensaje es que cada persona tiene la libertad de decidir en su vida. Después está el aspecto educativo de informar a un joven que no se bromea con estas sustancias.
Los últimos meses han supuesto la adhesión expresa de numerosas figuras de la cultura y artistas que han querido simbolizar su más enérgico apoyo al Asociación Cultural que gestiona el festival, refrendado por varias manifestaciones a pie de calle. ¿Este respaldo popular os ha hecho replantearos la necesidad del cambio de residencia del festival o teníais claro desde aquel manifiesto que emitisteis al finalizar la edición 2009 que el traslado era inexorable por circunstancias que se habían producido previamente o en el propio transcurso del evento?
Más que nosotros, sobre todo el público ha asumido la represión policial. La denuncia que me llegó -así está escrito- es porque yo asumí la defensa de esos consumidores de drogas. Esa es la motivación, porque la consecuencia para nosotros como organizadores vino después. Nosotros asumimos la defensa de todos los extranjeros por ejemplo. Si tú eras negro, te habían detenido 3, 4, 5 veces cada día hasta que te ibas. La marihuana fue un pretexto, el verdadero problema es que no quieren un pueblo multiétnico y extranjeros y en nuestro festival más de la mitad son extranjeros. Ese fue el verdadero problema. Si nosotros como organizadores hubiéramos permanecido en silencio y no protestábamos, ahora podríamos estar allí con subvenciones públicas y con los políticos de nuestra parte. Ese empeño de la organización contra el racismo fue el problema para nosotros. Después del festival solicitamos un encuentro con el jefe de policía, el jefe de la prefectura -que es una institución del gobierno que manda sobre las fuerzas del orden-, pero antes de encontrarnos con estos políticos, llegó la acusación del juez hacia la organización y para mí personalmente porque defender a los consumidores de marihuana significa, para ellos, fomentar su uso. Entendimos que estaba en un punto que no había marcha atrás. Después de eso, sólo podía haberse hecho un festival combativo, poniéndose en contra, pero ese no es el sentido o la filosofía del festival, que no quiere la guerra, quiere una lucha muy intelectual y no física o política. Queríamos salvaguardar este tipo de filosofía y el público que quiere eso, entonces la única solución era salir de allí y buscar un estado más tolerante y donde se pudiera continuar ese camino.
España es, como supongo os habréis percatado, un estado donde la cultura reggae es aún un sector francamente minoritario dentro de lo minoritario, si lo comparamos al volumen de público, atención mediática y ventas que representan, por ejemplo, el hip hop, el pop o el rock. ¿Qué respuesta esperáis obtener de las propuestas culturales que no se restringen a las actuaciones –me refiero a la exitosa Reggae University, los debates sobre temas de carácter social, la proyección de documentales, el espacio rasta, el área sin ánimo de lucro, las exposiciones de arte y fotografía…-? ¿Creéis que el desarrollo del festival puede suponer una piedra de toque para el arraigo de esta cultura en el estado español?
Nosotros creemos que sí. Con la Reggae University, por ejemplo, buena parte del público no era italiano, era extranjero. Reggae University es la quintaesencia de la internacionalidad. En los debates, gran parte del público era de otras naciones. Dependerá del tipo de propuesta que planteemos nosotros, si conseguimos comprender cuales son los temas interesantes para el público español. Nuestro intento de integración es a fondo y estos elementos son fundamentales para repetir el buen éxito que tuvimos en Italia. Por las impresiones que estamos recogiendo, parece que se trata de una sociedad muy viva, con un movimiento juvenil muy fuerte. Yo creo que en Italia en este momento no se puede decir lo mismo: hay un abatimiento cultural tremendo. Por ello, esperamos que España desde este punto de vista se implique para hablar de temas más allá de la música propiamente dicha. A mí me preguntaron, ya que en Benicássim está el FIB, que atrae a 40.000-50.000 personas, ¿tú quieres también que el festival alcance los 40.000-50.000 asistentes? Si 40.000-50.000 personas son de nuestro pueblo, con la filosofía del festival, sería excelente. El riesgo es que haya 10.000, 20.000, 30.000 personas que pagan pero que no tienen esta filosofía. Es un problema, nosotros no queremos eso. Sólo en ese caso, los debates y encuentros pueden no tener éxito, si se tratara de público que está más interesado en beber una cerveza que en escuchar un debate. Entonces, la política y las promociones que estamos llevando a cabo en España son apropiadas para invitar sólo a las personas que nosotros queremos, no a todo el mundo para hacer dinero. Entonces, si hay 10.000 personas buenas, para nosotros será un éxito, mejor que 30.000 o 40.000 personas que están de fiesta. Ese puede ser el riesgo. Fue lo que pasó en Italia: en Italia se venden 2.000 cd´s de reggae en un año y vienen 150.000 personas al festival de reggae. Ya se entiende que no es toda gente que escucha reggae, que vienen al festival por esta filosofía, por este sentido. Y después, hay que comentar que nosotros estamos acostumbrados a tener mucha paciencia, ya sabemos que no vamos a lograr un gran éxito este año, sino en los años posteriores, cuando quien venga este año, vuelva a casa y hable bien del festival. El objetivo no es lograr este año un éxito enorme, sino hacer las cosas bien y de verdad, no para captar público y para ganar dinero. Creemos que poco a poco irá creciendo el público del festival, como ha ocurrido desde hace quince años.
Entiendo que la búsqueda de un lugar que reúna los condicionantes paisajísticos del marco incomparable de Osoppo, habrá sido complicada y, dado que finalmente habéis optado por Benicássim, habrá un sector del público que pueda sentirse defraudado con la elección del emplazamiento. ¿Qué os ha hecho inclinaros por la localidad castellonense en detrimento de otros posibles enclaves? ¿Sondeasteis alguna sede que reuniera similares características a Osoppo?
Buscamos muchas sedes, pero Benicássim disponía del camping más agradable que encontramos en España. Eso es lo que nos ha hecho decantarnos por este sitio. Visitamos Rock in Rio y donde se celebran los grandes festivales y no disponían de atenciones en los campings para que la gente lo pueda pasar bien, con las duchas y demás infraestructura. El único sitio preparado era Benicássim y elegimos este sitio, aunque sin considerarlo necesariamente el definitivo, más bien un primer puerto de aterrizaje para el festival, para que la gente que está acostumbrada a un parque sombreado y agradable como Osoppo al pie de la montaña, no pudiera encontrarse este año un sitio ruin, sin servicios, con baños químicos… Tenemos que pensar que llegan muchas familias con niños, entonces era una responsabilidad que teníamos. También era un sueño de los últimos años traer el festival cerca del mar. El propio nombre del festival, Sunsplash, implica hacer música hasta que el sol asome encima del mar. Entonces si este año vemos el sol levantarse por encima del mar, puede ser la idea del Sunsplash perfecto, como en Jamaica. Y, además, el pueblo está acostumbrado a grandes eventos, lo que también es importante, porque visitamos pueblos pequeños que cuando descubrían que el festival convoca a 150.000 personas, se sentían inquietos y les atemorizaba. Visitamos un pueblo de 80 habitantes y, bromeando, les dijimos que todo el pueblo podría trabajar en el festival. Colocamos el pueblo dentro del festival directamente, porque 80 personas cuando llegan 20.000, desaparecen. El público del Sunsplash requiere de todos los servicios que puede precisar en una semana de vacaciones: sacar dinero de un cajero automático… A veces hemos buscado lugares que estaban alejados de todo y en los que quien no llega con coche, después ¿qué hace? Y si tienen problemas, un hospital está a 30 kilómetros. Eso es importante: que el pueblo está acostumbrado y el año pasado el ayuntamiento de Benicássim regaló la llave de la ciudad al inventor del FIB. En Italia nunca pasó una cosa así, porque los festivales encarnan al demonio, no son para incentivarlos. Por eso me pareció Benicássim el pueblo ideal, porque no teníamos mucho que explicar, ya que saben lo que ocurre cuando llegan muchas personas extranjeras, con policía, para el tráfico… Así que como primer año, elegimos Benicássim por todo eso.
Quien haya asistido a cualquiera de las ediciones celebradas del festival, habrá podido experimentar la sensación de que, al menos durante su celebración y en el entorno del festival, otra sociedad y manera de entender el mundo es posible. ¿Qué relación ha establecido la organización del evento con otros movimientos sociales para producir sinergias de colaboración mutua? ¿Consideráis que el movimiento altermundista se encuentra preparado para plantear propuestas concretas y alternativas reales al neoliberalismo dominante?
Yo pienso que sí, que se puede generalizar. No tenemos la varita mágica, pero seguro que es el único camino que el mundo puede intentar ahora. Ya se demostró que la globalización no funciona, el capitalismo tampoco. Hay una falta de esperanza en la gente joven, que no mira al futuro, que no tiene futuro en ese tipo de organización social. Entonces, la nuestra puede ser una respuesta, un intento. No es seguro, pero puede intentarse. Seguramente pueden ser las bases, como cuando se prepara un postre: tenemos el azúcar, la miel… Aquí tenemos la paz, la tolerancia…esos son los ingredientes para preparar este postre. Para construirlo no existe una regla.
Aunque aún haya gente que se sorprenda: Rototom es un festival que se mantiene en un 90% de lo que recauda en la taquilla, por lo que no precisa de subvenciones de grandes compañías que mediaticen el evento y lo transformen en un canal para la publicitación y comercialización de sus productos. ¿Es esta una decisión unánime que adoptasteis desde el principio? ¿Pese al contexto generalizado de crisis sistémica, puede seguir manteniéndose en activo un proyecto de la magnitud de Rototom de modo autogestionado y autónomo?
Nosotros podemos demostrar que se puede hacer. Ya desde el primer año, la filosofía del festival era muy crítica con las multinacionales, sobre todos con aquellas que trabajan con armas y que explotan al tercer mundo. Entonces, nosotros de primeras no aceptamos el patrocinio de Coca-Cola. Fue un escándalo para la propia Coca-Cola. No daba crédito a que se pudiera rechazar su dinero. La fórmula es buena porque la gente aprecia esto y si tú no obtienes 1.000 de Coca-Cola, obtienes 2.000 del público. Por eso ahora está completamente financiado por el público. El público tiene un sentimiento de apoyar el festival: no pago para escuchar música, pago para que esta realidad exista y se desarrolle. Las multinacionales pueden estar ahora y desaparecer mañana. Nuestro público es muy fiel y aumenta cada año. Entonces pienso que es una fórmula que puede funcionar y puede servir de ejemplo para todos los que quieran aprender el camino. Veo muy positivo que la gente que trabaja en el festival, lo hace por pasión, lo cual te da mucha satisfacción. La gente no trabaja con nosotros por dinero. Del mismo modo que el festival parece una comunidad, nosotros que trabajamos parecemos una familia. Trabajamos por el mismo objetivo, nos gusta estar juntos, compartir y la gente no trabaja en Rototom por dinero, lo que le da otro sentido. Y Rototom es una asociación cultural, cada persona que trabaja con nosotros, no tiene esperanza en ganar dinero, ya que si se genera dinero, la asociación lo devuelve en forma de acciones benéficas, construye escuelas en Jamaica, en Burkina Faso, ayudamos a una escuela en Brasil, compramos una furgoneta en Guinea… Después de trabajar en el festival, queda la parte más divertida: decidir todos juntos a quien devolver este dinero. Entonces, quien se aproxima a la organización, seguro que no lo hace con ánimo de hacerse rico. La gente que no tiene esta filosofía, se aleja sola.
Supongo que el planteamiento de la edición 2010 será análogo al de ediciones anteriores y que mantendréis las relaciones de intercambio que hacían posible que cada escenario y área del festival funcionase bajo la gestión y programación de otra organización, siendo únicamente supervisado por parte de Rototom a cambio de la cesión de dicho espacio a la citada organización. ¿Habéis contactado con locales, organización y asociaciones españolas para llevar a cabo dicha tarea? ¿Cuál ha sido la actitud y receptividad de la escena reggae española –promotores, artistas, comercios, sellos, medios informativos- ante la inminencia del evento?
Por el momento es sólo el inicio, ya que sólo llevamos dos meses o dos meses y medio, pero ya hemos entrado en contacto con un número considerable de asociaciones y movimientos y en muchos casos ha sido la asociación quien nos ha contactado a nosotros. Estamos encontrando una gran atención a nuestras propuestas, que es uno de los hechos que está dando fuerza para trabajar en este periodo, porque es bastante agotador. Pero el apoyo que hemos recibido en la conferencia de prensa, lo estamos sintiendo y parece que España en todos los aspectos es ideal para mantener nuestro discurso.
Aunque la celebración del evento es básicamente la culminación de una labor que conlleva varios meses de preparación minuciosa, me gustaría conocer, a grandes rasgos, cuál es el proceso que transcurre desde la despedida del festival hasta la celebración de la siguiente edición. ¿Cuánta gente se encuentra involucrada tras el festival y cómo os coordináis a nivel interno? ¿Cómo puede alguien integrarse, ya sea como voluntario o como trabajador a sueldo, en el equipo humano del festival?
Comenzamos hace muchísimo y también se está reuniendo a la crew de italianos que están viviendo en España, españoles… En la oficina, por ejemplo, estamos ahora casi 30-35. Cuando tú terminas de contar a la gente que está trabajando, ya ha llegado uno nuevo. Y claramente, con esta mezcla de idiomas –nosotros estamos aprendiendo a hablar español y hay colaboradores que sólo hablan español-, la comunicación es complicada. Estamos intentando poner en marcha un foro interno, distribuyendo correos, pero tenemos que encontrar todavía la fórmula perfecta para coordinarse. La coordinación es bastante simple porque cada persona que se ocupa de un sector, tiene máxima autonomía. No es muy burocrática la organización. Las reglas son siempre las mismas: tolerancia, se puede errar –porque todos erramos-. Cuando estás trabajando, sabes que si yerras, no tiene una consecuencia negativa. No hay nadie que te quiera echar del puesto, porque no es una competición. Es un sitio de trabajo diferente, como el mundo que estamos promoviendo. Hay un respeto hay las tareas específicas que está haciendo el otro, porque todos están dando el máximo de lo que pueden aportar. Implica confianza y respeto. Y después todos se juntan y si él está pensando en un debate y puedo ayudarle, lo ayudo. No está compartimentado: cada persona trabaja en su sector, pero siempre ayudando a los otros en aquello en lo que pueda colaborar.
Desde el festival se hace especial hincapié en la cobertura que se realiza a nivel de medios –incluso a posteriori con la realización de documentales de cada edición- y desde hace algunos años y gracias al acuerdo contraído con Arcoiris TV y Radio Popolare, ha sido posible seguir en directo -vía streaming– el festival incluso a pesar de no hallarse físicamente en el mismo. ¿Mantendréis acuerdos de este tipo en España con medios locales para seguir haciendo posible esta interactividad?
Con Arcoiris también y estamos buscando equipo que quiera trabajar en este proyecto. Por ejemplo, este año vamos a hacer una retransmisión en directo en televisión y radio en tres idiomas: en español, en italiano y en inglés, porque son sensibilidades diferentes. Después del concierto de Alborosie, por ejemplo, puede ser que el periodista italiano encargue la entrevista con Alborosie y el periodista español está más interesado en Morodo y hable con Morodo. Es un concepto más europeo. En el momento en que salimos de Italia, no necesitamos sólo un formato italiano, la idea es abrirlo a más idiomas y a más formas de entender lo que está ocurriendo dentro del festival. De momento está en fase de estudio. Estamos buscando ese equipo español y extranjero que quiera desempeñar este tipo de proyecto.
Me consta que el equipo creativo se encuentra siempre escudriñando alguna novedad de cara a la próxima edición del evento, no únicamente a nivel de artistas que contempla el cartel del escenario principal, sino por ejemplo en la gestión de los residuos, la seguridad del camping, la obtención de la energía en el recinto, los distintos formatos del Reggae Contest o alguna campaña de índole socio-político que tenéis intención de relanzar. Aunque imagino que querréis mantener ciertos aspectos en secreto, ¿podéis revelarnos en exclusiva alguna novedad que vaya a producirse durante el transcurso de la próxima edición?
No tenemos secretos. Aquí, el resultado que queremos obtener es que desaparezcan todos los plásticos: el vaso, el plato, el tenedor serán todos de bioplástico, un material que después de su uso va a alimentar a la tierra. Este es un esfuerzo muy grande para un festival, porque estos materiales cuestan más o menos el doble que el plástico y son más difíciles de conseguir, pero estamos ya trabajando y seguramente vamos a obtener ese resultado. Estamos mejorando también el tema de la energía: menos generadores, menos consumo, menos gasto de carburante, paneles solares…estamos un poco desarrollando esto. Claro que el festival tiene un impacto ambiental muy fuerte y poderoso, no se puede esconder eso, por eso pedimos a la gente la máxima atención para el medio, para no producir contaminación. Y nosotros debemos realizar nuestra parte primero: demostrar que la atención por parte del festival es fuerte y sólo así se puede pedir la misma atención a la gente. Tenemos un sector de medio ambiente que trabaja en estos temas.
Rototom se encuentra entre los festivales a escala mundial que más se preocupan por la problemática ambiental y creo recordar que habéis obtenido algún reconocimiento en este sentido. ¿Qué medidas de prevención y corrección del daño se plantean con la finalidad de minimizar el inevitable impacto que acarrea un evento de las magnitudes de éste que nos ocupa en aras de la sostenibilidad?
Cuando estudiamos el impacto ambiental del festival hace dos años, el resultado fue que la mayoría del impacto negativo era producido por el hecho de que la gente llegaba con coche. Cuando vienen 150.000 personas en 80.000 coches, genera un impacto superior a lo que el festival en sí produce. En Rototom estamos desarrollando también este tema del transporte: si conseguimos que la gente no venga en coche, sino en autobús, en tren…habremos hecho un buen trabajo.
Supongo que el mantenimiento de Rototom Sunsplash en suelo español dependerá, en buena medida, de la respuesta que se obtenga a nivel de público -asistencia-, pero también del trato que se procure a los organizadores por parte de autoridades, fuerzas de seguridad y de la respuesta de los habitantes de la localidad de Benicássim y aledaños, que acogerá el festival. ¿Cuánta gente esperáis que acuda a esta edición? ¿Qué proporción de la misma creéis que provendrá de países distintos a España? ¿Es esta multiculturalidad una de las señas de identidad que caracterizan al festival?
Pienso que el primer año el número de extranjeros superará el número de españoles. Hemos invertido mucho en otros países, como Alemania, Francia, Austria y, sobre todo, Italia. Hasta ahora en la preventa, el primer país en ventas fue Italia, el segundo España. Juntos, Italia y España, representaban un 60%. Es ya un buen inicio, porque se está perfilando el público multiétnico. Si a estas alturas tuviéramos un 80% de italianos o un 80% de españoles, no estaríamos muy contentos. Es un buen indicio del movimiento de extranjeros y también los autobuses que se están organizando en Bélgica, en Francia, en Alemania, en Italia, en Portugal. Es la primera ocasión en que se organizan tantos autobuses.
¿Tenéis constancia del interés, las esperanzas que se están depositando desde la escena reggae nacional en lo que va a suponer el Rototom para España? ¿Se está notando el cariño? Es decir, cuando tienes esperanza en algo, te ilusionas y también intentas implicarte. ¿Se están acercando promotores, bandas, sound systems…para ayudar, no para pedir?
Mitad y mitad. El primer impacto fue un poco de sorpresa y muchos promotores locales tenían miedo de que con una organización grande, íbamos a echar por tierra el trabajo de todos: ahora trabaja sólo el Rototom y para nosotros no queda espacio. Durante dos o tres meses fuimos encontrándonos con todos los promotores y proponiéndoles trabajar con nosotros. En el primer momento, fue un poco extraño para ellos oír eso, porque están acostumbrados a que la organización de los grandes festivales sean tan cerrada. Ahora que lo han entendido bien, no sólo queremos, sino que necesitamos del trabajo de todos. Se están alcanzando varias propuestas con promotores que quieren hacer cosas. Hemos visto también con el Reggae Contest que este año tenemos ya una comunidad de promotores que se está formando. Entonces, lo que queremos es llevar a cabo iniciativas conjuntas con el movimiento reggae español. Nosotros somos ya una comunidad, como se hablaba antes, una red de varios apasionados que se unen para hacer el festival. De igual modo, queremos que los promotores españoles se puedan integrar en la estructura del festival y hacer cosas juntos. El festival no es un evento italiano que quiere desarrollarse en España, sino que quiere alimentar y hacer crecer un festival español. Yo diría que no es muy difícil, porque todas las personas que estamos encontrando que trabajan en el reggae, no trabajan por dinero, con lo cual todos son apasionados de la música y creen en los mismos ideales y valores que tenemos. Así es más fácil encontrar un acuerdo y espacio para todos. La gente que se aproxima al Rototom, no pide dinero, quiere colaborar, quiere hacer cosas. También el hecho de que existan muchos promotores, muchos activistas del reggae en España, transmite la idea de que España puede, en el movimiento europeo, ser una de las escenas que se está formando y sorprenderá mucho con lo que puede mostrar. Un hecho que no habíamos considerado y que fue una agradable sorpresa, es que esta es la puerta de Europa hacia Sudamérica. Es un hecho que no se considera en Alemania o en Italia, se piensa sólo en Europa. La primera vez yo no contemplaba esa posibilidad: unir Europa con Jamaica y Sudamérica. Este país, España, tienen un valor mayor, una posibilidad que no tienen otros países: la idea de un movimiento reggae mundial conectado.
Texto: Larry ACR
[…] relajados e incluso de aquella tarde salió una interesante y completísima entrevista que podéis leer aquí. Ya lo sabíamos: el Rototom es mucho más que un festival, pero hay que vivirlo para […]
¡¡¿REGGAE SOBRE EL ASFALTO?!! ¡No, gracias!
No es cierto que no existan otras localizaciones mejores en España. ¡Las hay a patadas!
Supongo que Benicàssim era la más barata y la más cómoda. Y eso, para la organización de Rototom, sí parece ser una verdadera prioridad.
Pese a que en esta edición se ha puesto claramente de manifiesto que la localización era nefasta, se volverá a hacer en el mismo lugar¿?. Ha salido muy rentable económicamente. Demasiado como para pensar en el usuario.
Si a eso le sumas el decepcionante Main Stage…