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Jamaica y sus paraísos perdidos

Enviado por el 5 octubre, 2010 – 16:1612 Comments

Con el Rototom hispano terminado y viendo la respuesta de una audiencia tan masiva ante el repertorio de artistas jamaicanos tan veteranos como Big Youth, Bob Andy, Max Romeo o Mighty Diamonds, que acudieron al festival, he podido confirmar una sospecha que ya tenía hace años: que las esencias del verdadero reggae jamaicano, buena parte de la raíz de su identidad musical, no es ya más que un paraíso perdido, un eslabón olvidado que no ha conseguido traspasar las barreras generacionales del tiempo y el espacio, ahora que en el siglo XXI todo es globalizado e internacional.

Más allá de los coleccionistas y los buscadores de tesoros en el “diggin` in the crates” de los oldies, para el repertorio de los soundsystems, el público en general del 2010, no entiende de melodías de abuelos y manierismos de otras épocas, en los que no se reconoce, que no conectan con sus modas y ritos actuales, y por ello no concede el necesario reconocimiento popular que a otros artistas más cercanos generacionalmente sí les otorga, la mayoría de las veces con muchos menos méritos artísticos. Y es una verdadera pena, como cuando se extinguen especies animales o vegetales que eran únicas en su clase y entorno. De la misma forma cada vez que se ignora por el gran público una gran melodía “de hoy, de ayer y de siempre” se decía antaño, un trocito de la gran gema jamaicana que hizo refulgir mundialmente el reggae se muere con esa indiferencia, y se convierte en otro paraíso perdido.

Ha pasado ya antes. Demasiadas veces. Pero duele más que sea justo ahora, cuando la humanidad cuenta con una biblioteca y hemeroteca casi infinita como Internet. Antes de llegar a popularizarse, ya perdimos el lujo asiático de la Indochina francesa, el hedonismo marchito de los fumaderos de opio de Shanghai y Hong Kong antes de la invasión japonesa, el nihilismo existencial y creativo del París de finales del XIX, las pin-ups de California de los 40 y 50 (si eras blanco y tenías pasta), el sentido del swing (que ahora llaman flow) en el espectáculo, en el Harlem de los 30 y los 40 (incluso si eras negro, siempre que tuvieras pasta gansa), las noches locas del Palladium en el Manhattan de los 50 (si tenías buena percha y sabías mover las caderas), el exceso de Las Vegas de Xavier Cugat y la exuberante Abbe Lane, la elegancia de la bossa nova de Ipanema y el no menos exuberante Río de Janeiro de Niemeyer y Carmen Miranda, y así hasta el infinito. Demasiadas celebraciones de la vida que llegaron al grado de sublimes y por tanto sagradas, que hemos perdido por el camino, reducidas a meros iconos publicitarios en el mejor de los casos, para no saber de que demonios hablo. El Cine y la Literatura os darán una buena pista.

Lo ví del todo claro cuando un personaje tan histriónico y peculiar como Big Youth dobló en el escenario el inmortal oldie jamaicano “Love me Forever”, que casi todos conoceréis por la versión toasting de Dennis Alcapone, en lugar de por su original del grupo vocal de Studio One, Carlton & the Shoes; con el inmortal standard de Ray Charles “Hit the Road Jack”. Entonces, debió haberse escuchado un enorme “boo-ya-kaa!” entre la audiencia. En lugar de eso, la más absoluta indiferencia, ante la perplejidad de Big Youth en el escenario, que se lo tomó como siempre hacen los veteranos: “pues tu te lo pierdes”. Sí, nos lo perdemos, y de eso me quejo.

Para mí la ignorancia generacional de las raíces no puede ser una excusa, y menos si hablamos de música jamaicana, probablemente la única en el mundo de tratar los standards pop norteamericanos sin caer en la cursilería. En cierta ocasión, Rafa Villalba (Jah Macetas / Seguridad Social) me dijo: “desde que escucho reggae ya no escucho otra cosa, porque siempre puedes escuchar todas las músicas a través del reggae”. Y tenía razón, siempre fue así. En los tiempos de Studio One y Treasure Isle ya se adaptaban al gusto bizarro jamaicano los modelos de la música negra norteamericana.

Por eso, las armonías vocales de Smokie Robinson & the Miracles, Little Anthony & the Imperials o tenían su justa correspondencia en Slim Smith & the Uniques, the Paragons o los primeros Heptones de “Party Time”. Los grandes solistas americanos también tenían reflejos en Alton Ellis, Horace Andy o Bob Andy.

Eso significaba tocar habitualmente el cancionero pop americano al gusto del momento, aunque fuera la mismísima carcamal de Doris Day. Algo que a los oyentes del reggae de hoy venidos del rock o del hip hop, les resulta de entrada, casi ñoño, aunque sólo sea por ignorancia del contexto. Escuchar viejas armonías de los Chords, los Drifters ó los Platters y otros grupos vocales de los 50, aunque sea en clave jamaicana, puede parecer muy lejano, pero la magia del buen reggae (bien arreglado, bien ejecutado) todavía hoy las sigue haciendo parecer más dignas incluso, que originales en muchos casos.

Si escarbas un poco en Studio One, te encontarás continuas adaptaciones de “Spanish Harlem”, “Save the last dance for me”, “We are in the mood for love” ó el “Everybody’s Talking” de la peli “Cowboy de Medianoche”, que son clásicos populares de la música universal del siglo XX, como en los 80 era habitual encontrar adaptaciones jamaicanas del momento de los últimos éxitos de Tracy Chapman ó Prince.

Si chequeas escenarios con presencia jamaicana clásica verás siempre a alguna leyenda vestida con traje y zapatos de charol y una escenografía más propia de Las Vegas o Broadway, que del de “Dudus” Coke, Mavado y los demás. Echa un vistazo a los shows de Alton Ellis o Frankie Paul para comprender lo que digo. Incluso del propio Mr. “Coolruler” Gregory Isaacs.

Una lectura de la música jamaicana muy alejada del tópico sufferer y revolucionario que impera en Europa sobre lo que es el verdadero reggae, y que provoca verdadera incomprensión para las audiencias masivas como la del Rototom en Europa, pero también verdadera decepción entre los amantes de la historia del reggae, al ver como se desprecia lo que no se entiende, siendo como son auténticas joyas de la música popular de todos los tiempos.

Sin ese lado pop y soul de la música jamaicana, no hubieran existido Sugar Minott ó  , ni existirían hoy realidades vocales tan brillantes como Jah Mali, Wayne Wonder o el espectacular debutante Romain Virgo. Así que, la próxima vez que te encuentres con música de tus abuelos, no cierres las orejas, investiga un poco y seguro que encuentras la versión jamaicana. Que no todo es rapear. Ya verás como sabe (y huele) mejor!!!.

Texto:
Vía: Natty in de Red

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12 Comentarios »

  • LusoBanton dice:

    De acuerdo en todo, aunke tmb debo decir ke yo, amante del rap desde hace unos varios añitos, tmb me gusta ke se rapee 😀

  • Carlos, te entiendo y en parte te doy la razón, pero creo que te falta alguna perspectiva más, aparte de la que pudiste ver en el main stage del Rototom, hablando de público y escena española…
    Quizás yo mire la botella medio llena, pero hay mucho «reggae» dentro de la escena de la «música jamaicana» en españa…
    Hay muchos ejemplos de buenas bandas,cantantes,sounds,promotores,webs,etc
    Y tenemos que dar gracias al hip-hop,porque hay mucha gente que conoce el reggae a traves del hip hop.
    Puede que entren a traves de Damian,Kartel,Bounty,etc y después seguro que en algún sound,mixtape o buscando por youtube,conocen el roots,dub,rocksteady,etc y también les gusta o hasta puede que les gusta más…
    Y hay muchos que disfrutamos tanto el dancehall como el roots,dub,ska,etc
    Seguro que muchos gracias a las referencias que haces en tu articulo empezaran a investigar y descubrir…
    Un abrazo Carlos, Respect!
    Alex aka positive man 😉

  • Vullaka dice:

    ¿Y la de cientos de remezclas hechas a partir de bases de rocksteady-roots-early-funk-soul?
    Yo creo que la gente no se ha olvidado tanto como pudo parecerte ese dia (con el tema de Big Youth,..por cierto, pésimo cantante :/

    Veo un articulo muy elaborado, reflexivo, currao, pero como exageradamente melancólico. Y es que hay algo inevitable, que es la evolucion musical. En su dia, supongo que un abuelo escuchó el rocksteady, y sintió nostalgia del mento,,Vaya usted a saber.

  • cilinderman dice:

    Me parece demasiado fatalista esta visión del apocalipsis del reggae.

    Estoy completamente de acuerdo en que la evolución hacia los estereotipos y el dinero cada vez es más acusada y en algunos casos vomitiva, pero por otra parte se sigue innovando de la misma forma que siempre: experimentando. Incluso dentro de la isla se hace. Y cerca: escuchad Cultura Profética.

    Creo que el estar anclado en el pasado de esa forma es un modo algo absurdo de ver la realidad actual de la escena musical, independientemente de la música en cuestión. Porque sólo los críticos recalcitrantes en su día pondrían verde a Charlie Parker, a Paco de Lucía o al mismo Prince Buster por introducir innovaciones profundas a la música que interpretaban. Y estoy seguro de que sus homólogos en la siguiente generación tenían a éstos en un pedestal pero apestaban de los siguientes innovadores.

    La música cambia, al igual que el mundo, aunque en este caso la cultura de masas esté suponiendo la mayor revolución (¿o involución?) cultural de la historia, a todos los niveles incluido el musical pero sobre todo el económico, que desgraciadamente es el peor.

    Por último lugar, el concierto de Max Romeo estaba a reventar, de los más llenos del finde, según nos pareció a mí y mi ron con melocotón. Por cierto, no me gusta Big Youth ni el «toasting». Cada vez que oigo a un menda hablando en un disco Trojan, lo paso instantáneamente antes de que me den escalofríos. ¿Tendré algún problema?

  • T-brown dice:

    ni lo viejo por ser viejo es más…,
    ni lo nuevo por ser nuevo es más…,
    considero que hay que mover-se en los dos sentidos, escarbando para encontrar esas reliquias y al mismo tiempo permanecer abierto para recibir la frecura de las novedades… y cada cual utiliza su filtro personal
    lamentablemente, en el reggae, como en qualquier otro movimiento, también existe mucho postureo sin criterio… y si el filtro falla la cosa no carbura

  • luisao dice:

    Yo creo que es un tema de educación musical, y cultural en general. La mayoría de la gente no se interesa por buscar las raices.

    Yo creo que siempre perdurarán los sonidos de Jamaica de los 60 y 70, aunque para una audiencia minoritaria. Como bien dice el artículo la música de esos años es totalmete excepcional, por lo tanto siempre será recordada. Pero no hay más remedido que dejar paso a lo nuevo, que personalmente el 90% no me interesa lo más mínimo, como dijo alguien por este foro, la música de la isla dejó de ser vanguardia hace mucho, y yo añado que desde se cambio las «backing band» por la electrónica y programación como bases rítmicas.

  • Rocksteadytime dice:

    Muy interesante el texto, yo no comparte ese planteamiento quejica de «siempre lo pasado fue mejor» pero en el caso de la música jamaicana ha sido un descenso en tobogán, como se pueden tener unas raices tan increibles y únicas y acabar produciendo tanta basura. No se trata de volver a cantar como los Paragons, se trata de aprender de todo aquello para aportar algo mejor.

    Mas de la mitad de lo que pasó por el main stage del Rototom me daba vergüenza ajena, ni sabían cantar, ni hacían canciones, ni música, un horror, menos mal que los Abissynians, Max Romeo, Etana, Bob Andy, Romain Virgo y alguno y alguna mas que se me olvida, aportaron su granito de arena que si no menudo peñazo.

    Creo que el oido general del personal ha vuelto al primitivismo del «unga,unga», cuanto mas botarate sea el tipo del escenario, mas gritos meta, mas pullups, rewinds, mas caótica sea la música, más vibra la peña. Bueno, eso y repetir miles de veces jah por aquí, jah por allá, es la muerte de las canciones para evolucionar al engorilamiento. Pienso que es fruto del apasionado raverismo que nos rodea.

    Pero vamos que algo así comentaba hace poco David Rodigan, y sigue haciendo el gorila en sus shows. Una pena, quien pierde es la música y quienes ganan son los bolsillos de los productores.

  • cilinderman dice:

    Comparto al 100% el último comentario, pero al tiempo que en la isla la música degenera, en muchos otros sitios florece cual semilla plantada, algunas hace muchos años y otras no tantos. Y se innova, además de continuar las clásicas vibraciones. También pienso que esa crisis en origen responde a una crisis social creciente y muy seria que creo que existe en la isla, desde mi completa desinformación al respecto. Aun así pienso que es mucho peor que en la «época de oro» (60’s-70’s), porque aunque ésta provocó un auge cultural sin precedentes, provino en gran medida de las esperanzas de un pueblo recién independizado. No veo mucha esperanza en la música jamaicana actual.

    Es verdad que lo del MainStage del Rototom es bastante incongruente: se exige tocar con banda, pero ésta se convierte en títere de los designios del señor cantante de turno. A lo mejor son unos chavales de conservatorio que llevan tocando todo el festival, pero quedan relegados a mera orquesta de pueblo, pa tocar El venao y La macarena. Y gracias porque no sea la versión tecno. Mientras, los pasaos del pueblo se pegan sus bailoteos. Luego probablemente el cantante de provincias se marche sin ni siquiera recordar el nombre de alguno de la banda.

  • Rocksteadytime dice:

    Muy de acuerdo cilinderman, estan floreciendo en diferentes lugares apuestas muy interesantes que abordan con mucho respeto y cariño el legado musical de Jamaica. Incluso, desde mi punto de vista, algunas son maravillosas. Por supuesto la situación socioeconómica en Jamaica es muy dura, pero también es cierto que en paises sudamericanos con problemas del mismo nivel estan surgiendo apuestas musicales y culturales, en general, muy muy interesantes.

    Yo creo que un buen punto de partida sería dar un poco de lado a los clichés y topicazos de una vez, y que el increible tesoro jamaicano sea considerado musicalmente al nivel del rock, del jazz y de tantas músicas.

    Por cierto esos músicos que se pegaron esa brutal paliza de tocar en el escenario del main stage, salvo algún relevo, se merecen un grandioso aplauso, a parte de si me gustaron o no el sonido que sacaban, se pegaban unas marathones aguantando a uno y a otro… máximo respeto.

  • LusoBanton dice:

    David Rodingan en la entrevista dijo ke la buena musica actual da igual que fuera reggae o dancehall, mientras la musica saliera del corazon y estuviera bien producida, y como ejemplos puso a Busy Signal, Konshens, Tarrus Riley, Romain Virgo, etc, por eso alomejor hace el «gorila» y pincha a los exponentes del dancehall. Y actualmente hay mucha morralla, pero también hay mucho y muy bueno, y me refiero al dancehall.

    Como todo, siempre se llega al momento de crisis interna, y en este caso, de la musica jamaicana, pero los ke sobresalen, e imponen nivel, y mejoran la escena, hay ke reconocerselo, y no ver a los ke la empeoran, y la rebajan o la bajan de nivel, como a los referentes musicales de turno. Y por consekuencia, ke la musica, en este caso el dancehall, salga tan perjudicada por tantos, como esta saliendo. Creo.

    Saludox.

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