Reggae Attak Festival Vol 2. Badalona
Podría haber sido una gran noche.
Dave Barker y Alberto Tarín forman uno de los matrimonios musicales más exquisitos y estimulantes de los últimos tiempos, visiten si tienen un ratito esa joyita llamada Moment In Time (pronto aparecerá reeditada en Cd) que reconcilia con la música sensible y recibirán un golpazo de aire puro. Desgraciadamente unos cuantos hados se pusieron de acuerdo para que el nuevo encuentro acabara en una leve decepción.
No parece la sala Estraperlo un sitio cómodo para aterrizar (pero se puede, lo juro) y encima a San Pedro se le ocurrió regar las plantas en mal momento. Si a esto sumamos un Barker algo cansado, que los viejos sonidos sólo interesan a una parte muy concreta de la reggae people (se juntaron más músicos que público) y la sensación de una actuación no demasiado ensayada, daremos con el motivo del pequeño desengaño.
Tampoco Barker y Tarín dieron con el repertorio adecuado. De acuerdo que Double Barrel, Just My Imagination o Dancing Mood son gloria bendita pero interpretar una insulsa versión de Blowin’ In The Wind en lugar de adentrarse en Moment In Time, al cual ni se acercaron, parece un error de bulto.
Aún así, los dos son demasiado buenos y profesionales para llegar al desastre. Tuvieron muchos soplos del talento que atesoran y aprobaron dignamente.
“Yo voy a lo mío”, contesta Tarín ante la pregunta de si no cree que vaya contracorriente. “La música verdadera murió en los 80. Con la aparición del sonido digital se fue todo al traste”, asevera.
Es evidente que Don Alberto, juega a esto sin red, pero se le ve contento y feliz con lo que hace, toca la música que le llena. Los resultados que consigue le dan la razón. Verlo puntear su guitarra con esa sonrisa perenne es un lujo del que debemos disfrutar.
Los hados se pelearon entre ellos, sólo hace falta que se quieran un poquito para conseguir una noche de las que se recuerdan. Allí estaremos.
Su show, situado en el llamado Reggae Attak Festival Vol.2, se vio acompañado de tres meritorias formaciones (tocar sin el calor del público no es un buen entreno) que tienen en el futuro su mejor aliado.
Space Invaders:
Tocar When You’re Smiling significa dos cosas: aprobar la asignatura del buen gusto y empezar el camino con buenas referencias, pero también puede llegar a ser un arma peligrosa.
Enfrentarse a clásicos de Derrick Morgan o a standards inmarchitables es ideal para aprender pero hace relucir más los defectos de la bisoñez. Es indispensable un proceso de creación propia para evitar el desgaste que suponen las obras mayores cuando te enfrentas al juez más cruel: el público.
Crear y pulir. Pulir y crear.
The Penguins:
El verde empieza a ponerse amarillo. La evolución musical de The Penguins, es evidentísima. Empieza a asomar el aplomo y las dudas desaparecen. Sus temas propios ya resaltan y las versiones se redondean.
Sin embargo padecen de la enfermedad crónica de los grupos españoles y casi diría europeos: La calidad vocal. Deberán ponerse el mono de trabajo para poder superar una dificultad que les afea su sugerente propuesta.
The Kinky Coo Coo´s:
Gemma y Leire, las cantantes de The Kinky Coo Coo´s, tienen la lección mejor aprendida. Sin llegar al límite de sus posibilidades, su estilo vocal es más definido y el enfrentamiento entre el color de sus voces, atractivo. De eso se beneficia una banda de sonido compacto donde destacan el teclista Sergi Sánchez, que apoyó a la banda de Alberto Tarín y sobre todo Javi The Oldian García, un pedazo de músico de la estirpe de los que van contra los gustos estipulados, de los que no se venden por un plato de ruido. Un lujazo.
Su Ska aliñado con gotas de buen Rhytm & Blues, sirvió para dar entrada a las estrellas de la noche. Una noche larga que debe repetirse, eso si los santos y demás lo permiten. Los organizadores se lo merecen.
Texto: Barracuda
Fotos: Isabel Val