Sugar and Spice: Duppy or Penni Wally
Como me gustan las historias de fantasmas. Deseaba que llegara la noche para poder escuchar una vez más esas historias a medio camino entre lo real y lo imaginario, en las que es imposible encontrar el punto de equilibrio entre ambos.
El susurro de las olas del mar y el estallido de ellas contra las rocas, ayudaban a crear un clima perfecto para escuchar historias de duppies. Espíritus para algunos, simples duendes para otros que realizan todo tipo de travesuras, desde hacer que alguien tropiece, pellizcar en la oscuridad o robar un dulce. Estos traviesos personajes, se agrupan en buenos o malos; los buenos, según la tradición, son de color blanco, amarillo, rojo, verde, azul o transparente; los malos, son de color negro o gris.
Los duppies pasan de un mundo a otro en una trasmigración-purificación que culmina con el retorno a África, siempre vestidos de blanco, pues su estancia en el Caribe se considera una especie de paso por el purgatorio. Como toda leyenda, ésta varía según de donde proceda.
Allí seguíamos preparados para sentirlos y dejarnos llevar una vez más por la noche y sus misterios, aunque siempre a lo lejos, llegaba el rumor de un imparable sound system, esta vez de Boston Bay, que nos devolvía a la realidad en cuestión de segundos.
Todo está preparado para la gran velada: el agua caliente, las toallas, los cazos, un cubo y varias hierbas aromáticas que harán de nuestro mágico jardín, el mejor spa jamás nunca visto.
Nos desnudamos y dejamos que la brisa refresque nuestra piel, para más tarde empapar las toallas en el agua hirviendo y dejarlas caer sobre la espalda, los brazos, las piernas y el cuello. El agua nos devuelve un aroma intenso a las esencias que desprenden las hierbas. La sensación de descanso y serenidad nos ofrece un estado de desconexión total.
En este momento, Rassrod, con voz temblorosa, inicia como él sólo sabe, una historia fantástica que a base de rimas al más puro estilo dub poetry, nos envolverá como envuelve una serpiente a su presa. Interpreta cada palabra con suaves movimientos que lentamente te van hipnotizando, el tono de su voz se alza para resaltar la importancia de ciertas palabras, los ojos se mueven de un lado a otro, los cambios de voz son frecuentes e inesperados, los chasquidos de sus manos contra su cuerpo aportan sonoridad a la interpretación. Todo es real e irreal a la vez, el misterio nos domina.
Cuenta que el suelo que estamos pisando fue una antigua plantación de pimienta. Unas preciadas pero duras tierras regentadas hoy en día por nuevos dueños, a quienes vigilan y a veces hasta increpan los espíritus de los antiguos campesinos si éstos no hacen buen uso de ellas.
Dentro de la casa arde el incienso franciscano comprado a un conocido Bush Doctor del Donwtown de Kingston. El incienso ayuda a apaciguar las almas de los difuntos y ahuyentarlas hacia su lugar de reposo eterno. Una vez en paz, las ves volar en el oscuro horizonte de la noche. Ahora relajadas, en paz con la vida y descansando en la muerte, se zarandean y juegan entre las hojas de los plataneros. Se puede ver el rastro de luz que emanan, a veces amarillo, otras naranja o incluso un vivo color rojo que hace que parezca tan bonita esta danza de la muerte que sientes que nunca te gustaría despertar.
Bailan al ritmo de las rimas de la poesía conocida en las West Indies como Dubpoetry. Un estilo que nació en Jamaica a finales de la década de los setenta, en el que las interpretaciones poéticas son recitadas con bases de Dub o Reggae. A diferencia del Toasting o Dancehall, aquí éstas ya están estudiadas y no dejan mucho lugar a la improvisación.
La década de los 70’ fue marcada por un espectacular álbum de Linton Kwesi Johnson llamado Dread, Beat an’ Blood, aunque para la mayoría de jamaicanos, el gran Rey del Dubpoetry siempre será Mutabaruka que en 1983 sorprendía con el gran éxito del álbum Check it.
El orgullo africano siempre ha estado presente a lo largo de la historia de la música jamaicana, y el gran Mutabaruka dejó bien claro de dónde venían y a dónde se dirigían. Recordando parte de la historia en la que grupos étnicos africanos fueron traídos a esas tierras y que junto a los colonizadores, contribuyeron al mestizaje que caracteriza el criollismo surgido en todos los rincones del Caribe.
El lenguaje verbal y extra verbal, los hábitos alimentarios, la forma de vestir, gusto estético, la música, la sensualidad de sus bailes, el colorido de sus decoraciones, creencias, leyendas, etc. forman parte de sus gentes y lugares.
El amanecer nos sorprende. Tumbados en la tierra de lo que fue una plantación y ahora un inacabable jardín, buscamos sombra bajo un árbol de breadfruit. Seguiremos soñando y esperando la noche y con ella, la llegada de las penny wally, unas luciérnagas que revolotean danzando y emitiendo color igual que los duppies. De nuevo lo real y lo imaginario se hacen sombra, ¿qué es qué? ,¿duppy o penny wally? La pregunta queda en el aire, la respuesta la tiene uno mismo.
Habrá más oportunidades para descubrirlo, quizás en la próxima celebración, esta vez, una nine-night, una reunión que se realiza a los nueve días de ser sepultado un miembro de la comunidad, en la que se cantan himnos cristianos y se explican anécdotas de la vida del difunto. Con esto se pretende garantizar la paz de su alma. En estas reuniones, de forma furtiva, también se cuentan narraciones de fantasmas y aparecidos, en las que se mencionan una vez más a nuestros amigos los duppies.
Nota: Actualmente, Rassrod, regenta su casa-albergue, Patracey Yadd, Fairy Hill, Portland, Jamaica. Ofrece alojamiento, zona de acampada, rutas guiadas, espectáculos y noches temáticas de Dub poetry, comida y bebida ecológica, baños de hierbas, talleres de poesía y escritura, pero lo más importante, una experiencia inolvidable y una visión de la isla de Jamaica desde sus más puras raíces.
dubtraffickers@hotmail.com (for reservations, bookings & appointments)
Texto: Thunda
Foto: Alain Hottat
+info: www.jamaicashoots.com
Vía: sugarandspice.reggae-blog.net