Rototom Sunsplash. 19 de Agosto
El día se despierta nuboso en Benicàssim, pasear por el recinto se hace más placentero, aunque la sensación de bochorno es intensa y el sudor tampoco desaparecerá hoy de nuestra piel.
Las nubes amenazan lluvia y visto el resultado final de la jornada también amenazaban poco divertimento.
Está claro, el horario de las 20:00 en el Main Stage es el peor que le puede tocar a un artista. Más de uno aún tiene la toalla de la playa colgada al hombro y más de dos bostezan mientras se dirigen a la explanada principal.
El esfuerzo de los músicos tendrá que ser mayor si cabe, para que el público se ponga a tono necesitarán un esfuerzo suplementario.
A la sensacional y simpatiquísima Etana, le ha tocado esta vez bailar con la más fea y no tan sólo por el molesto horario sino porque le van acompañar en el escenario la Dub Akom, una mediocre banda francesa de acompañamiento que aunque a la jamaicana le encante por que no rechista y entra siempre a tiempo en los temas, a mi me parece que no está a la altura de un escenario de estas dimensiones.
¿Han estado alguna vez en una feria donde se oyen organillos por doquier?
Pues ese fue el estilo con el que el poco sabio teclista nos deleitó.
Etana aparcó el estilo R’n’B, con el nutre muchas veces sus actuaciones y dedicó todo su tiempo al reggae-roots puro y duro.
Se sucedieron “Jah Chariot”, “August Town”, “I’m strong”, “I’m not Afraid” o “Blessings”, en la que tuvo el mal acompañamiento de su corista, un chico vacilón pero de condiciones vocales insuficientes.
Etana es una cantante de enormes facultades vocales que volvió a demostrar pero aún no la he visto acabar de redondear un gran concierto. Quizás cuando la veamos con una buena banda jamaicana la cosa cambie, hasta entonces sólo nos queda sufrir el pianillo de la “Señorita Pepis”.
Unas ligeras gotillas se aposentan en nuestras cabezas y nos hacen temer que la lluvia arruine la jornada. No será así, los paraguas quedarán guardados, aunque la tormenta si que caerá en el escenario.
El tiempo de los Bobo Dreads, musicalmente hablando, parece estar tocando fondo.
Las nuevas generaciones de Dancehall se los han comido y no parece que vayan a levantar cabeza.
Jah Mason nunca ha sido un primer espada pero es que ahora no llega ni a aguador.
Entona las primeras notas sin instrumentación y bien moduladas, sólo es un espejismo. Pasado el momento melódico, empiezan los gritos y saltos de costumbre, ese ruido que no ha evolucionada nada y que ha enquistado el estilo para siempre.
Ni “Princess Gone”, con el “cantante” visiblemente agotado, servirá para cambiarle la nota a un show de suspenso.
A los organizadores del Rototom siempre les ha interesado invitar a otros géneros para dar al festival un toque que abra un poco más sus fronteras musicales. Idea respetable pero a mi entender poco apropiada.
Muchachito Bombo Infierno, fue esta vez lo que Ojos de Brujo en la pasada edición. Un combo conocido que adopta el mestizaje como discurso y que gusta enormemente a una parte muy amplia del tipo de público que acude al festival.
Decía Manel “Dance Crasher” que no veríamos en el festival ninguna banda que tuviera unos metales tan buenos como los del Muchachito y tenía razón. Contundentes, explosivos cuando el estilo rock-rumba se asoció con el funk y efectivos cuando lo hizo con el reggae.
Nadie va a discutir la entrega y la calidad de los músicos pero uno empieza a estar harto que le vendan gato por liebre. Confío que a nadie se le ocurrirá decir que tocan rumba catalana porque el hombre Infierno no usa el ventilador ni para secarse el pelo. Tampoco hacen rumba-rock, eso lo hacían Pata Negra y mucho mejor. Lo suyo es una batidora de estilos con el “Pitch” a tope que empieza por hacerte bailar y acaba por noquearte de hastío. No confundan al personal señores, ya no somos niños.
Tampoco parece normal que su actuación durara casi el doble que otras del género por el que se conoce este evento. Miles de incógnitas por resolver.
Barrington Levy estaba para alegrarnos la noche y lo consiguió a medias.
El inicio con “My woman”, “Shine Eye Gal” o el homenaje a Bob Andy con “Too Experienced”, hacia presagiar uno de los mejores momentos del festival y sólo por eso hablaremos de este artista clave cuando acabe todo pero al pasar el ecuador del show, Levy se fue diluyendo como un azucarillo en una taza de café. Cantó “Murderer” y “Black Roses” pero ya lo hizo entonando sus clásicos gorgoritos con desmesura y parando demasiado tiempo para coger fuelle.
Una pena, los años no pasan en balde.
En la cumbre de la subjetividad de la que puede lucir un crítico les diré que Steel Pulse me gustó y mucho. No es necesario defenderse de una opinión pero se que muchos dirán que se les ha pasado el arroz, que su sonido no es el que era y ha derivado a uno muy americanizado o que su profesionalidad oscurece el encanto de la improvisación y la verdad musical. De acuerdo, todas estas opiniones pueden tener algo de cierto pero lo que es innegociable es que en el escenario del Main Stage contemplamos un grupo de músicos de un nivel muy alto y que les dieron un repaso a la mayoría de bandas que habíamos visto hasta el momento.
Los arreglos no son los mismos y a veces cuesta reconocer canciones como “Rejoice”o “Drug Squad”, sin embargo al escuchar “Prodigal Son” te entra aquel cosquilleo de las grandes ocasiones, el retorno a un pasado que no volverá y que te enseñó a amar una nueva música.
David Hinds, muy bien de voz acabó el show con “Rollerskates”.
“Life without music i can’t go”. ¿No les parece un bonito final?
A mi me salvó la noche.
Coppershot en el Dancehall, Gussie P, en la Dub Station y los japoneses Tex & Sunflower Seed en el Ska Club, completaron la cuarta jornada.
Mañana más y ¿mejor? Seguro, Con Earl Gateshead y Natty Bo, el placer está asegurado.
Texto: Barracuda
Fotos: Fernando F. Hevia, Carlo Crippa y Rainieri Furlan