Clásicos del reggae: ‘Super Ape’, analizado a fondo por Mick Sleeper
De entre los maravillosos álbumes que emergieron del Black Ark en los setenta, quizás el más desconocido en general sea Super Ape. Otros discos, como Police and Thieves y especialmente Heart of the Congos parecen haber capturado la atención de los fans del reggae con mayor facilidad. Mientras que estos álbumes y otros destacables, como Party Time o War Inna Babylon, sobresalen como excelentes trabajos, todos ellos consistían en colaboraciones con talentosos letristas, especialmente en el caso de Max Romeo. Super Ape, en cambio, contiene puramente la propia visión de Lee Perry. Como tal, destaca como un hito en la carrera del Scratch.
Más de un reggae fan ha descrito Super Ape como sobrevalorado o incluso «aburrido» cuando lo han comparado con otros álbumes clásicos del dub como King Tubby Meets The Rockers Uptown. Sin embargo, estas personas se equivocan en su enfoque: Super Ape no es un álbum dub. Super Ape es algo más, lo que hace difícil clasificarlo. Denominarlo simplemente álbum reggae es engañarnos, puesto que no todas las pistas cuentan con voces, lo que ya lo convierte en un álbum reggae fuera de lo tradicional. Describirlo como un disco dub implica que escucharemos grandes dosis de ecos y reverberación, y no sucede así. Super Ape es algo más parecido a un álbum jazz, con Scratch tocando la mesa de mezclas como si fuese un instrumento. Examinado en este contexto, Super Ape podría colocarse acertadamente junto a destacadas obras de jazz como A Love Supreme de John Coltrane o Bitches Brew de Miles Davis. Porque no hay álbumes de reggae como Super Ape —ningun otro es tan denso, con múltiples capas y musicalmente brillante.
La llamativa cubierta de Super Ape supone ya la primera indicación de que se trata de un disco no ordinario. La cubierta fue pintada por Tony Wright, que también proporcionó la inolvidable carátula del War Ina Babylon de Max Romeo. Aunque el diseño fuera probablemente concebido para ser provocativo, contiene en sí algunas cualidades alegóricas. El mono parece medir cincuenta pies de altura y está alterado, con un árbol arrancado de raíz en una mano y un gran ‘spliff’ en la otra. Uno de los diseños alternativos mostraban al gigante mono rompiendo sus cadenas; un obvio guiño dedicado a King Kong, aunque también encontramos otras ideas en el dibujo. El Super Mono es en realidad una pesadilla para Babilonia: Rastafaris que se han desprendido de sus cadenas e intentan escapar o armar una revolución. Por supuesto, el alboroto es solamente simbólico y la pintura de Wright demasiado caricaturesca para ser algo más que llamativa.
Al contrario que la colorista cubierta, Super Ape es un disco de tonos oscuros y silenciosos colores, musicalmente —el equivalente áureo de un paseo a media noche, donde hay presentes colores brillantes, pero enmarcados en sombras. Las pocas pistas vocales cuentan con versos mínimos, mientras que las piezas instrumentales apenas contienen breves, inquietantes pinceladas vocales. Se publicó originalmente en Jamaica como un LP del Upsetter titulado Scratch The Super Ape.
Es interesante observar las diferencias en el orden de las canciones entre la versión jamaicana y la inglesa y como el flujo que se establece en cada una proporciona al oyente un estado de ánimo diferente. Scratch The Super Ape comienza con «Dread Lion«, lo que da un comienzo más explosivo al disco, mientras que Super Ape comienza con «Zion’s Blood«, dando una sensación más sosegada. En última instancia, el orden de las canciones de la versión de Island es más satisfactorio. La cubierta de Scratch The Super Ape nos muestra un retrato de Lee Perry como un león con ‘dreadlocks’ (y no como un «hombre mono», como se sugiere en algún sitio). Debido al amor de Scratch por la naturaleza, quizás usó el retrato para hacer una declaración sobre sí mismo como hombre en contacto con las fieras de la jungla. Sin duda, uno de los temas centrales desarrollados en Super Ape es la fascinación de Lee Perry por las fuerzas primordiales de la naturaleza.
Super Ape comienza con «Zion’s Blood«, un tema tranquilo y melancólico, cocinado a fuego lento, pero que nunca llega a hervir. Con unas voces minimalistas, dice en pocas palabras más que la mayoría de canciones reggae utilizando muchos versos. Describe el estado de ánimo típico de Rastafari, luchando por vivir mejor en las condiciones de Babilonia: «Zion’s blood is flowing through my veins / So I and I will never work in vain…» («la sangre de Zión fluye por mis venas / así que I & I nunca trabajará en vano…«). A pesar de cuatrocientos años de esclavitud y opresión, la conexión con África es irrompible. Mientras que el racismo y la sombra de la esclavitud podrían tender a ocultar el pasado de Jamaica, el vínculo con África se mantiene fuerte como las raíces ocultas de un árbol, fluyendo, de hecho, por sus venas.
La siguiente es «Croaking Lizard«, un prolongado ‘toast’ sin sentido de Prince Jazzbo sobre el ritmo del «Chase The Devil» de Max Romeo. Esta canción es una de las anomalías del disco, puesto que cuenta con un conjunto vocal completo, en lugar de voces que se utilizan para decorar la pista instrumental. Lo más fascinante de este tema es que la letra no parece seguir ninguna lógica narrativa. Al principio Jazzbo parece estar hablando sobre un personaje determinado, luego reflexiona sobre la violencia callejera, para más tarde lanzarse en incongruencias como «dub it pon the riverbank«. Scratch incorporaría más tarde la canción dentro de la mental y reflexiva «Disco Devil«.
«Black Vest» deconstruye «War Inna Babylon» con la ayuda de Jah Lion, Max Romeo y James Brown (por su puesto, no el padrino del soul, sino el deejay también conocido como James Booms). Sobre una versión ‘dubwise’ de «War Inna Babylon«, encontramos ondas de vientos fantasmales que ascienden como vapor entre fragmentos de voz de Jah Lion («Earth Of The Lion«), Max Romeo («Fire Fe De Vatican«) y James Brown («Stop The War Inna Babylon«). La voz distorsionada por el eco de Prince Jazzbo da comienzo a la canción, donde nos habla de «paz, amor y unidad» (peace, love and inity) en tiempos de guerra. Su mayormente ininteligible ‘toast’ no tarda en desvanecerse como el humo según va avanzando la canción. Más tarde, aparece James Brown proclamando que «Jah viste un gran chaleco negro» (Jah is dressed in a big black vest) y momentos después escuchamos a Max Romeo con un lastimoso «fire fe de Vatican» (fuego para el Vaticano), que desaparece en la mezcla antes de que Brown vuelva a exaltar a los rastas como gente pacífica y para «detener la guerra en Babilonia» (stop the war ina Babylon). «Black Vest» es por tanto un intrincado mosaico musical de voces y temas, ingeniosamente construido por Perry en la mesa de mezclas.
«Underground» es una canción que trata acerca de la conexión con la naturaleza, en este caso a través de las raíces de la «collie weed» (cannabis). El ritmo es francamente misterioso, originalmente grabado para un raro ‘dubplate’ de Clive Hylton titulado «From Creation«. Lo que suena como una oleada de percusión metálica es en realidad la guitarra de Earl ‘Chinna’ Smith con un pedal wah-wah, tratado seriamente con sobreagudos y reverberación. Sin esto, el ritmo sería estrictamente de batería y bajo.
«Curly Dub» presenta un ritmo estridente fruto del talento de los instrumentistas Vin Gordon y Richard ‘Dirty Harry’ Hall. El poderoso trombón de Gordon y el saxo de Harry se sumergen en la mezcla hasta convertirse en un susurro, mientras que una flauta etérea tocada por Egbert Evans se va haciendo mucho más prominente. Las mínimas aportaciones vocales de Perry tienen que ver con temas religiosos, mayormente realizando una oda a Rastafari. «Curly Dub» es definitivamente la canción más influenciada por el jazz de todo el disco.
Scratch nos anuncia entonces un «dub llamado Dread Lion» (a dub called Dread Lion) y la canción del mismo nombre explota con un ‘riff’ de batería, seguido por la agitación de la melódica y la flauta y un hipnótico canto: «roots… roots… roots» (las raíces…). Los Heptones proporcionan las armonías vocales, que una vez más nos hablan acerca de la conexión con la naturaleza. Se repite un coro que canta «Dread Lion / King of the jungle / King of the forest / Strong like iron» (león dread / rey de la jungla / rey de la selva / fuerte como el hierro). Después, la voz alzada de Leroy Sibbles declara «aquí llega ‘natty dread’» (here comes natty dread), creando un claro paralelismo entre Rastas y leones —para Scratch, los Rastas justos son los verdaderos reyes de la jungla de cemento.
El tema de las raíces africanas continúa en «Three In One«, ya que las voces hablan del «conocimiento africano» (african knowledge) y entonan repetidamente «go deh» (ir allá). Musicalmente la canción es una maravillosa mezcla de jazz y ritmos africanos, cortesía de la flauta con toques jazzísticos de Evans y suaves percusiones de bongos.
«Patience» es una de mis canciones favoritas de Super Ape, un tranquilo instrumental psicodélico con ondanadas de reverberación, oscuras oleadas de vientos y una misteriosa y silenciada voz que suena como si estuviese transmitiendo por radio de onda corta desde otro planeta.
«Dub Along» es la versión dub de «Come Along» de los Blue Bells, aunque con voces femeninas que se superponen a las de los Blue Bells. Mientras que la canción original es una gentil llamada a la repatriación, aquí las voces simplemente invitan al oyente a «seguir» (follow I) y —más tarde— «dub with I«. Como en «Underground«, el ritmo es casi extrictamente batería y bajo con ‘skanks’ de teclados que son silenciados a cada momento.
«Super Ape» cierra el disco sumergiéndonos suavemente en el mismo estado de ánimo con el que empezamos la audición. Las voces en la canción «This is the ape man / Trodding through creation / Are you ready to step with I man?» (este es el hombre mono / atravesando la creación / ¿estás preparado para caminar con nosotros?) sugieren que dirigir nuestra atención hacia la naturaleza en lugar de hacia la sociedad es el camino a seguir. El sutil ritmo cuenta con una flauta de juguete tocada de manera que imita el canto de un ave, dando aún más color a esta oda a la naturaleza. A medida que se desvanece la canción, un críptico fragmento vocal ofrece en el último momento una inquietante conclusión a este magnífico álbum.
Mick Sleeper | www.upsetter.net
via: http://www.upsetter.net/scratch/station/2008/2008_superape.htm
interesan o no interesan estos posts?
A mi desde luego si, pocas veces se puede uno culturizar tanto en castellano a este nivel,
Saludox!
Por supuesto que interesan!! Que 40 años después se siga hablando de estos discos demuestra lo grandes que son.
En mi opinión actualmente hay demasiado dancehall, mucho pullup, mucho more fyah y a veces poca música… Con esto no quiero decir que no me guste, pero donde esté un buen clasico… 🙂 Estos son los que han hecho grande el reggae…
Se hechan de menos mas articulos como estos, muy buen trabajo!
Yo creo ke aunar el dancehall, con esto, con el dub, etc… es lo ke hace grande a esta pagina, ke mete pull up’s, y te encuentras con una reseña a un discazo como este, y al dia siguiente un video de major lazer.
Y para mi, indagar cual paleontologo, en los estratos mas profundos del reggae, me parece cultura, ke falta le hace a la sociedad actual.