Crónica del concierto de Wayne Marshall en Sala Dionisos de Barcelona el pasado día 9 de Marzo.
Dionisos, en la mitología griega, es el dios del vino y el que representa más vivamente el frenesí o el éxtasis. Y a fe de la divinidad helena o de Baco, su símil romano, que los que acudieron a la sala- restaurante del mismo nombre, tuvieron tiempo de sobras para rendirles pleitesía, dada la larga duración del evento.
Inició el festejo el madrileño Tosko que hizo pasar un muy buen rato a la parroquia más joven. En el turno de selectores, Chronic Sound, también venidos de la capital del reino, la impetuosa sueca Dj Marimba y los locales Fire Warriors de Vic.
Más de tres horas de festejo en el que se pudieron escuchar los ritmos más actuales, veleidades como la Lambada trasmutada en discutible ritmo “dancehallero” y sobre todo degustar los jugos que Dionisos tuvo a bien bendecir.
Cuando las reservas de una nada apetitosa cerveza griega empezaban a escasear y las piernas de más de uno temblaban, apareció el máximo protagonista de la noche, el jamaicano Wayne Marshall.
Las lides entre los amantes de ritmos melódicos y los que encuentran más apetecibles las cadencias algo más bruscas, están más vivas que nunca.
El de Kingston, se situaría entre un término medio, con un estilo de canto que podría contentar a cualquiera de los dos bandos, el problema reside en que ni es un gran Dj ni tampoco un fino estilista del canto.
Muy pocos artistas han tenido capacidad de aunar ambos estilos con la misma categoría. De los añejos, me viene a la cabeza George Nooks/Prince Mohammed y de los modernos quizás Wayne Wonder respondería a estas características.
Vista la dificultad de jugar igual de bien tanto en el mar como en la montaña, sería injusto crucificar a Marshall que a pesar de algún desajuste armónico, le puso muchas ganas y demostró tener buenas tablas.
Lógicamente no estuvo a la altura en su interpretación de Night Nurse (nadie que no fuera el gran Gregorio lo ha estado nunca), en cambio cuando jugó en su terreno, consiguió momentos si no excelsos, si de fuerza y profesionalidad.
Bonito fue el inicio musical con notas de “El Padrino”, contagiosa su lectura de “Good Love” y estuvo especialmente inspirado en la parte final de su actuación con “Work” y “Me By Myself”. Un vibrante colofón.
Wayne Marshall abusó un tanto del polémico latiguillo Bumbo Klaat pero superó con creces las expectativas.
Se mereció una buena cerveza fría al concluir el show.
Confiemos en que no se la diesen griega.
BARRACUDA
Cronich Sound?? xD
Arreglado… la h que ha bailado un poco… 🙂