«El que nunca falla» charlamos con Romain Virgo tras su cita en Barcelona
Caras sonrientes, ambiente de las grandes ocasiones y un pálpito: lo que acontecería en unos minutos en el Ateneu no iba a defraudar. Estaba cantado, no lo hizo.
A ROMAIN VIRGO lo conocí por primera vez en el Rototom Sunsplah celebrado en Benicasim en 2010, por entonces, con solo veinte abriles cumplidos, ya llevaba en el zurrón éxitos como el inmarcesible Mi Caan Sleep y, tanto su excepcional voz como la actitud personal, presagiaban una carrera de grandes sucesos. Cinco años después, su talento no ha hecho más que confirmarse y la cuerda que le queda parece tan larga que no sabemos hasta dónde puede llegar. El infinito le aguarda.
Siempre he manifestado el sufrimiento que me produce verlo cantar sin el apoyo de unos coros y el sobreesfuerzo que eso supone para sus cuerdas vocales, el jamaicano se ha percatado de ello y en su nueva gira le acompaña una corista. Cierto es que no estamos hablando de Judy Mowatt, pero para descansar su voz, que a ratos se intuyó un poco rugosa, le va que ni pintada. Su compenetración con la UNIT BAND es de una armonía máxima, la solvente Backing Band, lejos de buscar el virtuosismo, intenta hallar la homogeneidad del sonido a base de acoplar sus instrumentos como si fueran uno solo, tarea que consiguen a base de seriedad y trabajo, dejando las florituras en el cajón de lo inservible.
Si en el show de CHRONIXX, en el mismo recinto, subrayamos en negrita el deficiente sonido, justo es ahora resaltar su mejoría. BIG COCONUT se ha puesto las pilas consiguiendo el milagro que el espacio de Nou Barris pueda ser utilizado como sala de conciertos. Buena falta nos hacen lugares donde poder disfrutar de nuestro vicio preferido: la música.
Si han podido ver los videos de Stay With Me o de la tremenda Across The Sky, habrán apreciado, a parte de su calidad visual, un ligero intento del artista por incorporarse al mercado americano y, concretamente, al del R’N’B. Hacerle ascos a la finura por preferir la crudeza, más arraigada al habitual estilo jamaicano, es como ponerse orejeras o querer vendarse los ojos. Comprueben en directo los bajos dominantes de su arranque con Mussi Mad y volverán a rendirse a este intérprete, que sigue conjugando sensibilidad y agresividad de modo poco corriente.
ROMAIN VIRGO es un adicto al canto, he visto a muy pocos disfrutar como él lo hace cuando entona Rich In Love o improvisa en Love’s Doctor, a eso se le llama amor por una afición, por un destino. Todavía se desgarra en Mi Caan Sleep, alborota al personal con el ritmo endiablado de Let U Go, y demuestra, con temas del calado de I Know Better o We No Worry Bout Them, que actualmente pocos pueden igualar un repertorio que no caerá en saco roto ni se diluirá como los que impactan una temporada y desaparecen cual polvo sin dejar rastro.
La satisfacción al final de la actuación era generalizada, el pálpito se cumplió y el público, a pesar del barro que ensució los zapatos a una mayoría, llegó a casa radiante y feliz. Esa noche llovió en Barcelona, pero más que agua lo que cayó fueron cánticos agudos y celestiales de una estrella: ROMAIN VIRGO. El que nunca falla.
Sudoroso, cansado por el desgaste pero con una sonrisa de oreja a oreja y amable como siempre, acogió terminado el show al equipo de Reggae.es para mantener una corta aunque entrañable charla. El interés de los medios por hablar con la estrella fue significativo y el escaso tiempo concedido nos impidió departir sobre temas que queríamos tocar a fondo. En todo caso sus palabras, pocas o muchas, siempre vale la pena escucharlas.
Romain, nos habló de su último Hit, Stay With Me y de porque lo sitúa al principio del concierto. “ No tendría sentido colocarla a mitad del concierto, cambiaría la atmósfera (mood), tampoco al final, mejor acabar con algo más enérgico. Stay With Me es una balada-reggae, aunque no la hicimos con intención de llegar a otros mercados, mi objetivo es hacerla más atractiva para otro tipo de público sin renunciar a mis raíces. Quiero seguir haciendo Reggae con otro “look”, cambiarle la apariencia, hacerlo más interesante”.
Su carrera no para de evolucionar y ha pasado de ser un niño tímido a un artista punzante que se come el escenario. “Me gusta la gente que abre puertas, he pasado tres años sin manager y necesito que me empuje a hacer cosas nuevas, llegar lo más lejos que pueda .Quiero crecer poco a poco, no de éxito en éxito, sentirme cómodo en lo que hago.
Aunque algo mayor que ellos, Romain es cercano a la generación que intenta renovar las estructuras de la música jamaicana pero con el retrovisor puesto en la causa africanista y religiosa, el llamado REGGAE REVIVAL. Le preguntamos sobre ello. “Vivimos un momento en que la gente quiere acercarse a las raíces, indagar en su pasado cultural pero no me siento cómodo con el término Reggae Revival. Salen nuevos artistas, hay una nueva generación y estoy contento de pertenecer a ella y ayudar en lo que pueda, no obstante, no estoy muy por la labor de predicar la religión en la música tal y como está enfocada, confunde a la gente. Debemos escuchar el mensaje pero también la música.
Estaríamos hablando horas pero el “toc toc” en la puerta nos indica que debe pasar el siguiente, seguro que en otra ocasión podremos conversar más tranquilamente.
Una cosa nos ha quedado clara: a ROMAIN VIRGO lo que le gusta es la música y el Reggae de calidad en particular, en la lucha por defenderlo está y dudamos que se aparte de ella. Sus genes le condicionan y sus convicciones y profesionalidad no le traicionarán. Creemos en él ciegamente.
Texto y entrevista: Barracuda
Fotos: Laia Buira laiabuira.com flickr