Seguramente haya un proverbio chino que diga, aquello de que la belleza está en lo simple y que pocos elementos pueden hacer mucho. Como el pintor que se quiebra la cabeza para que una paleta de 4 colores de mejores resultados que una de 23.

No me voy a andar con rodeos. Para mi eso es magnifico. Y es lo que ocurre en el nuevo álbum de Rampalion. De lo simple, saca todo. En una época en la que la música vive de efectos, postprocesados y grandilocuencias varias, Rampalión se va por caminos más complejos y explora sus posibilidades, lo agradezco enormemente. Es complicado tomar todos los «topicos» tan sobados del roots (sus anatemas religiosos, filosóficos, espirituales) ponerlos en la paleta y que funcionen tan bien, que nos lo creamos. Pues bien, el disco abre  con Ancestors, de inmediato nos damos cuenta que los de Barcelona van muy en serio. Para un servidor el gran tema del disco, aunque los demás no le van muy lejos. Es un sonido robusto, limpio, contundente y muy espiritual. En los siguientes temas la cosa se vuelve más cálida mas caribeña con una línea de bajo saltarina. Eso si, sin abandonar el hilo conductor del disco, la robustez y el perfeccionismo y es que, otra cosa buena que tiene Inside the kete  Heart es que es un viaje místico que no se traiciona para agradar a quien busque una gran variedad o fusión de estilos, esto es un disco de roots, si buscas otra cosa, simple, no es tu disco. Aunque es muy disfrutable para todo amante del reggae.

Como decía, el disco va desarrollando en cada tema un sentimiento o una parte de la iconografía rasta, pasando desde su canto a los ancestros,  el amor en Love, el concepto de I&I, la felicidad en un tema tremendamente dulce, «Hapinness» y cierra con deseos de esperanza en «Hope» en el que destaca un saxo jazzero que pone una buena nota de color al final.

En general tenemos un disco que podríamos definir como un viaje a través de la consciencia, de lo sentimental, a veces meditativo, otras cálido, vibrante y reivindicativo.