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«De espectadores expectantes y armonía vocal.» Primer día en Rototom Sunsplash

Enviado por el 13 agosto, 2017 – 20:10No Comment

No es tarea fácil tratar de explicar cómo se vive un inicio de Rototom . El único modo posible es dejar que los hechos hablen por sí mismos. La edición número XXIV del Rototom en Benicasim abrió las puertas a las doce del mediodía y enseguida se llenó por completo de y de una multitud de “espectadores expectantes”, y a las pocas horas se empezaron a oír los djambes del African Village a la vez que se veían volar los malabares a unos cuantos metros, en Rototom Circus. Son estos y muchos detalles más los que te hacen sentir y saber que estás en Rototom (la veteranía sabrá a que me refiero).

El alma de Rototom Sunsplash, la música en vivo, empezó al atardecer de una manera inmejorable para muchos. Twinkle Brothers, el gran pistoletazo de salida, ofrecieron generosamente toda su fuerza y su color. Un enorme nivel instrumental y la inconfundible armonía a voces de los Twinkle, con sus transiciones dubwise (con gran protagonismo de bajo y batería) y con Norman Grant al frente hipnotizaron al público sumiéndolo en una meditación colectiva, relajada y frenética a partes iguales.

La música en el Main Stage no paró hasta las dos de la madrugada, con presencias que no podían dejar indiferente, como el ritmo y matiz de voz del surafricano con la New Generation Band, o los catalanes La Pegatina, con la personalidad fiestera y rumbera que los caracteriza, pero un poquitín más para la ocasión (lo cual gran parte del público agradeció, especialmente a aquellos molestos por la importancia que se le dio a esta banda a nivel de publicidad y promoción del concierto en relación con sus compañeros de escenario). Eso si, no faltaron las risas, el espectáculo y las serpentinas.

Los encargados de dar el toque final al escenario principal fueron los clásicos embajadores del británico , con un despliegue de potencia que solo unas pocas bandas logran. Será por el concepto británico de banda de reggae (que integra músicos y cantantes, a diferencia del estilo jamaicano tradicional) o por su inconfundible armonía a voces(sí, como los Twinkle Brothers) o por los solazos de trompeta, pero lo cierto es que mucha gente de muchas generaciones y procedencias distintas coreó sus estribillos, cerrando los ojos y alzando las manos. Me atrevería a decir que encarnan la banda sonora de una época o un momento de la vida de muchos de los y las presentes.

A todo esto, la música jamaicana en sus diversas variantes ya sonaba desde hacía rato en distintos puntos del recinto. Hubo actuaciones que resultaron especialmente interesantes, como los hermanos barceloneses Adala al micro y King Siva “el Savi” a los controles en la Dub Academy. Con unas letras muy coreadas que mostraron un público muy fiel al joven Adala y unas producciones propias muy trabajadas y limpias, de inspiración clásica y con un estilo de mezcla fluido (merece la pena detallar que Siva también es saxofonista, y le cuesta poco o nada grabar una, dos o doce pistas para añadir a sus riddims) sorprendieron hasta al mismísimo Kibir La Amlak , que se encargó de recoger el testigo. Este se llevó al público de excursión en un musical journey en un dub live de sonido fresco y vibrante, a caballo entre lo instrumental y lo digital, con un discurso rebelde, combativo y consciente. Especial mención a la potencia y rugido de los sub graves de sus producciones.

También se llevó un entusiasmado aplauso el guineano Lyricson en el Lion Stage, con un estilo vocal muy melódico, despierto e incansable que atrajo la atención de la multitud paseante. Pero tal vez lo más peculiar e interesante de la noche fue el doblete del trio vocal madrileño The Emeterians, primero en el Lion Stage con los Ever Banda como backing band(de calidad de sonido y exactitud envidiables) y apenas una hora más tarde en formato sound systemen la Dub Academy sobre la selección, magistral como siempre, de Blackboard Jungle. Antes de nada, cabe recordar que pasar de cantar en un escenario, que cuenta con un sistema de monitores y técnicos de sonido que se encargan de que cada músico oiga exactamente lo que necesita, a cantar en un soundsystem, donde oyes directamente lo que sale por el sistema de altavoces de Blackboard Jungle, con sus ecos y sus reverberaciones, no es fácil en absoluto, más aun si es apenas con una hora de diferencia entre una cosa y la otra. Será por eso que a los Emeterians les costó unos minutos adaptarse al estilo soundsystem, pero sin problema acabaron mostrando el mismo brillo que en el escenario. Es impresionante como han conseguido lograr ese sonido tan roots, con una afinación meticulosa y una armonía vocal (¿os suena de algo?) que les define. En resumen, un lujo auditivo.

Lo único que se echó de menos fueron ciertos cambios de este año a nivel de espacio y cantidad de altavoces en las áreas musicales, pero sea por la programación de esta primera noche o por su característica atmósfera, Rototom consiguió no solo disimularlo, sino dejar una sonrisa de satisfacción en la cara de aquellos y aquellas se iban a dormir con la promesa de más y mejor durante los siguientes siete días.

Texto. Miquel Pérez

Fotos: Raquel Antunez

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