Subirse a un escenario, con la única compañia de una guitarra, y la voz como arma, puntúa doble en el currículum de cualquier artista.

La dificultad está en llenar ese vacío de sonido y resultar convincente, artístico, rítmico, auténtico.

La gira que trajo por España a Clinton Fearon (ex-Gladiators) deja en Barcelona una huella profunda con una puesta en escena poco común en los ambientes jamaicanos.

Buen clima en la puerta y notable presencia de público anticipaban una actuación que quedará marcada en la memoria de muchos.

Abrieron la noche Sr Wilson y Irie Souljah que dejaron claro, para los que aún no lo sabian, que hay por fin “primera clase” entre los artistas locales. Su actuación fue memorable, cargada de armonías perfectamente ejecutadas, letras conscientes e incontables detalles de calidad en sus voces. El dueto son voces a seguir, de los que merecen ser escuchados una y otra vez. La atmósfera que crearon transportaban al público a épocas pretéritas cargadas de buena vibración y sentimiento. Evocando, que no copiando a un buen puñado de artistas añejos que dejaron su muesca en la historia de la música jamaicana. Wilson cubre un amplio espectro vocal entre el “Dj style” más Rub a dub y el roots clásico. Souljah es un cantante, un buen cantante, de los que transmite vibración y sentimiento.

El conjunto dejó a más de uno con la boca abierta y la idea de que su show, por su sensibilidad, es exportable incluso fuera del ambiente reggae.

Clinton Fearon se presentó con su nuevo disco bajo el brazo y tan solo una guitarra. Y no le hizo falta nada más. Su actitud conectó inmediatamente con el público, que ya estaba metido en harina, y completó la noche. Empezó con “One love” incluída en “Heart and soul” (2012) dando muestras de su fuerza escénica y anticipando lo que mas tarde pudimos comprobar, es un artista. Sin artificios donde esconderse, ni con el manido mensaje rasta, condujo a la audiencia por la senda de la música con mensaje.

Fearon no es novato en el formato acústico (ya presentó “me an’ my guitar” hace algunos años) y saca partido a esta puesta en escena al máximo. “Who cares” de este trabajo previo fue otro de los momentos de la noche. Y el inevitable “Chatty Chatty mouth” de los añorados Gladiators colmó el vaso haciendo que el público se lanzara, sin temor, a corear el himno del trío en los 70.

En definitiva, una noche para el recuerdo donde muchos nos volvimos a casa seguros de haber visto a tres artistas con mayúsculas.

Texto: Ranking Rick
Fotos: Xavi Guillamon