Noche fría en Barcelona y mucho más en el microclima del Poble Espanyol, curioso y tronado recinto sito en la montaña de Montjüic.

Allí se ubica La Bodeguita, un acogedor local de decoración cubana, en el que últimamente se pueden escuchar sonidos jamaicanos acompañados de ilustres artistas cubanos como Ignacio Piñeiro o Beny Moré, cuyos rostros relucen solemnes en la pared principal de la sala. Junto a tamañas luminarias se sentó en un sencillo taburete y amparado en su inseparable guitarra, Clinton Fearon, el ex Gladiator que volvía al mismo lugar donde meses antes había conseguido un resonante éxito.

El entrañable y comunicativo Mr. Fearon, confesaba antes del concierto a los compañeros de Sound System FM, su nulo interés por la música fabricada a partir de  apretar un botón y reivindicaba la que surge desde el fondo del alma, mezclada con sangre, sudor y porque no, algunas lagrimillas.

Ese sentimiento musical se notó desde el instante inicial, en el primer afinamiento, en la primera nota emitida. Destellos de gran Blues-Man que se irían combinando con melodías caribeñas que olían casi más a tierra adentro que a mar. Auténticos sonidos de country-jamaicano que maravillaron  a una audiencia entregada al sonido radiante de unas solitarias cuerdas.

Fearon pasa con una facilidad pasmosa del registro grave al falsete, se recrea entre cante y cante con notas profundas que demuestran sus grandes dotes de bajista y se comunica de manera especial, lanzando puyas a diestro y siniestro, dagas que van directas al corazón de aquellos que nos oprimen.

Sorprende a los que no lo conocían y encandila a sus habituales seguidores que lo vitorean y cantan sus más conocidas canciones.

 Temas de la época Gladiator como “One Love”, “Follow The Rainbow”, “Richman Poorman” o “Chatty Chatty Mouth (con el respetable haciendo de coro improvisado),  todas incluidas en Heart And Soul, disco ineludible y obligatorio para volver abrazarse a la música imperecedera y real.

“That’s true” grita Ragnampaisser, desde su cúbiculo de selector, cuando presenta su primer tema “One More River to Cross” y todos nos emocionamos cuando escuchamos los sinceros discursos de “Love Light” y el final de “Hallelujah”. Un final que no será definitivo ya que ante la sorpresa del mismísimo organizador del evento, cantará de propina y a petición popular, “Sleepin’ Lion” y “Rocky Road”, piezas inéditas en la gira del mencionado “Heart And Soul”.

Aclamado y con enorme cara de felicidad, Clinton Fearon abandonó un escenario tan pequeño como su ego, un detalle imprescindible para ser lo que es, un artista grande y sincero.

En épocas corruptas, de realidades deprimentes y vacías de pasión interpretativa, encontrar a alguien que aún cree en el amor, en la justicia y va por el mundo repartiendo sonrisas y palabras sabias, nos hace creer (aunque sólo sea por un par de horas) que no está todo perdido.

“Nadie hará por ti lo que tú no hagas contigo mismo”, repite una y otra vez Clinton Fearon, un creador de los de antes, un predicador, un amigo.

La exitosa fiesta se completó con Ragnampaisser, quien demostró que su singular manera de “tostear” no ha perdido ni un ápice su vigencia, Warrior Vybz, con  un set trepidante, trufado de clásicos y un servidor.

Texto: Barracuda
Fotos: Violeta Palazón Fotografía y Laia Buira