Crónica del concierto de Bitty Mclean junto a Mystic Souldiers en Granollers
Irie Souljah, abandonó el escenario cabizbajo, aturdido y algo crispado. El líder de Mystic Souldiers, no quedó nada satisfecho de su trabajo en el Musik N Viu de Granollers. Cierto es que la comunicación con el público no fue la de otras ocasiones y esa frialdad se les contagió produciendo algo de apatía pero el talentoso artista no debería preocuparse en exceso.
El camino hacia la consolidación de la banda está lleno de piedras que hay que esquivar o quitarse de las zapatillas. La de Granollers fue pequeña, de las que no hacen daño. Una Fiesta Mayor situada en una verbena de Sant Pere, no parece el lugar idóneo para que el gentío se quede ensimismado paladeando las excelencias de su propuesta de Roots & Dub. Petardos, bengalas y chorros de cerveza desparramada impiden la concentración y sitúan en cuarto o quinto término a los esforzados músicos.
La propuesta de Souljah y sus excelentes compañeros de tablas, es arriesgada, nada facilona, alejada de las propuestas de usar y tirar actuales.
Saben a lo que juegan, no deberían desanimarse por una noche algo aciaga, sus prestaciones musicales fueron más que correctas, sólo les faltó algo de “punch” pero las circunstancias eran insalvables.
Me encanta su reivindicación de grupos anti-modas tipo Aswad, de los que bordan African Children, el rescate del Dub perdido, su respeto por los grandes clásicos como Marley y composiciones propias de la índole de Dem A Come.
Mystic Souldiers son ya una realidad, mejorable por supuesto, con un gran trayecto por recorrer que no admite desánimos ni dudas.
Convicción y adelante. El futuro es vuestro.
Con el público más entonado (utilicen cualquiera de sus acepciones) apareció la Freedom Street Band acompañando al hombre que nunca falla: Bitty Mclean.
Reggae.es, está en condiciones de revelar que su maravillosa voz no es fruto de los genes, ni de una escuela de canto, todo lo hace su micrófono.
Este secreto nos lo contó el británico de origen jamaicano sin separarse del mágico aparato, del que no se aleja ni aún departiendo con músicos y fans después de su show.
La historia es falsa, se lo robé unos instantes y de allí no salía ni una nota, sólo gallos estridentes.
Actuación tras actuación, uno se asombra de la facilidad, el estilo, la finura y el aplomo con que lanza cada una de las notas de sus deslumbrantes canciones.
Esta vez, siendo el protagonista absoluto concibió un concierto que a pesar de algún problema técnico, resultó poderoso, emocionante, de los que no se olvidan.
Ataca Never Let Me Go y vuelve a producirse aquello que rara veces ocurre, la piel toma vida y le da por erizarse.
No cambia de estado en Cruisin’ y se desbarata en To Fall In Love enlazada con una monumental versión de Moonlight Lover.
En plena excitación, se corta el sonido y ¿la magia? Eso nunca. Mclean toma aire y sin inmutarse, sortea la complicación con una improvisación “a capella” de desmayarse.
Con la sonorización arreglada, llega Walk Away From Love.
Bitty se “agarra los machos” y crea una versión larguísima del clásico de David Ruffin, incluyendo momentos de Dj, de Dub y una ristra de imposibles falsetes.
Se acabó el barrido y llegó el fregado. Here I Stand y Only You forman el dueto de Ska brillantemente interpretado por el combo catalán.
Con Baby Tonight y Dedicated To The One I Love finaliza la actuación a la que todavía le faltaba una perla.
No estaba U Roy pero el Power Of Love que comparte en estudio con el insigne “toaster”, fue estratosférico. Recuperada la banda de un par de desatinos producidos por caprichos del cantante al cambiar el orden de los temas, se me antoja lo mejor vivido en los últimos meses. Una locura en estilo Rub A Dub con una sección rítmica en estado de gracia, especialmente Pau Checa, desatado y descomunal en la batería. Una lección de poderío en la que incluso se atrevió con unas estrofas del Guess Who’s Coming To Dinner de Black Uhuru. Lo que faltaba, el tremendo artista también sirve para un lavado.
Sonrisas en los labios. Felicidad completa.
Por echar algo de agua al vino, quizás es hora de que nuevas canciones asomen su cabecita en el repertorio, las de ahora son inmarcesibles pero el aire fresco siempre viene bien.
La Central Reggaeactiva y un set nada ortodoxo pero efectivo de Luv Messenger complementaron la gala.
Próximo episodio: Alborosie.
Fotografía: Carlos Manchón
BARRACUDA