La primera parada de este tren musical tiene lugar a las nueve menos cuarto, con una electrizante intervención del grupo francés Dub Incorporation. Desde el arranque, la gente que asistió se mantuvo en el aire gozando de un concierto de alta calidad, tanto en sonido como puesta en escena, que se dejó ver la complicidad de los dos amigos aparte de compañeros. Subrayar el bis del éxito «Rudeboy» en una versión ska que convulsionó a todo el que estaba atento.

Por fin llego el turno de la maquina ska con su caracteristico sonido coronado por el conjunto de vientos y el acordeón de Kontrakantxa Band, que era la encargada de escoltar a uno de los introductores de genero en España, Fermin Muguruza, componente vocalista del desaparecido grupo Kortatu. Al abrir el telón se vislumbra una bandera antifascista que, junto con las proclamas del artista, dan una carga ideológica que comparte en mucho con la que promociona Rototom. La lengua del pueblo vasco es la protagonista del concierto con temas como «Dub Manifest» o «Euskal Herria JamaikaClash», pero fue el ultimo tema el que hizo terminar de enloquecer a los asistentes.

La actuación del jamaicano Gyptian, ansiosamente esperada por los amantes de la música del momento en la isla, defraudó por que ni existió una buena conexión con el publico, ni el Jamaicano estuvo a la altura vocalmente; eso si, puso empeño y ganas, pero no fue suficiente e hizo de la noche un sofá rosa para acostarse. Todo esto cambió con la interpretación de su tema de despedida y éxito mundial «Hold You». Mencionar que personalmente me gustó la interpretación del tema «My Number One» , clásico atemporal  del maestro Gregory Isaacs y puse un grito en el cielo cuando escuché una versión de del grupo de pop Backstreet Boys, del cual no quiero ni recordar el nombre.

La noche la rescataron unos fabulosos Israel Vibration que, con un perfecto directo y un repaso de sus mas conocidos temas, transmitieron su intensa entrega que me hace rememorar a artistas como King Yellowman. Una pega a esta extraordinaria experiencia fue la falta de unión entre los dos artistas.

El resto de áreas musicales tuvo a cada cual, una oferta irresistible para cualquier seguidor de los estilos que defiende el festival. A las dos de la madrugada da comienzo en el Dancehall el intento por parte de la organización de recrear la clásica competición entre soundbwoys por llevarse la copa, pero desafortunadamente el clash entre Ricky Troopa y Tony Matterhorn no resulto así, consistió en mas una actuación acordada con un desfile de dubplates que no sirvió para designar un ganador. El Ska Club por tercer año consecutivo se centra en los artistas japoneses que dan un toque personal con ritmos mas alegres y frenéticos.

Aba Shanti-I ha sido hasta la fecha el único capaz de hacer vibrar el recinto del Dub Station haciendo impenetrable la pista de baile por culpa del ingente número de rototoneros que se acercaron al rincón con mas graves.

Texto: Rubén Eslava

Foto: Ángel de la Mata