«África en el Main Stage». Segundo día en el Rototom Sunsplash
Es verdaderamente increíble lo poco que cuesta poner en marcha los motores y entrar de pleno en el día a día en Rototom. En tan solo 24 horas las masas y el ambiente se han acomodado tanto que el camping parece ya un pueblo reggae (como cada año), y sigue llegando gente.
Del mismo modo, como si nada, empezó la música en el Main Stage. Primero los Heptones e inmediatamente después los Silvertones se encargaron de encender la mecha con una tremenda dosis de rocksteady histórico. Quizá los primeros fueron más fieles a su esencia Studio One (cabe recordar que Leroy Sibbles fue durante casi una década la mano derecha y el oído de Coxone) mientras los segundos tuvieron derivas más ska e incluso soul, lo que nos recuerda la conexión histórica de la música jamaicana con la estadounidense, en su origen y desarrollo. Lo que es cierto es que, aunque no les faltaba energía ni voluntad, si que es cierto que les faltó aire y voz. Por lo menos para estar a la altura de lo que los amantes de los años dorados del rocksteady requerían. La conexión con el público fue buena por parte de ambos conjuntos, aunque quizá no tanto con la backing band o con equipo técnico. Eso si, no faltaron las típicas armonías vocales (vuelta otra vez) que tanto caracterizan a ambas bandas, con temas históricos como Fatty Fatty de los Heptones o Dance this Reggae Music de los Silvertones.
Lo realmente destacable de la noche en el Main Stage fue el nigeriano Seun Kuti, hijo del lejendaria Fela Kuti y hermano de Femi Kuti, que ya nos deleitó en el Rototom de la edición XXI, en 2014. Su concierto fue todo un ejemplo de cómo se debe levantar a un público disgregado y poco atento al inicio. Con un afrobeat enérgico, de personalidad cálida y vacilona a la vez, Seun y su saxo nos hablaron de Lumumba, de lucha y de futuro. Al mando de la Egypt 80, con una sección de vientos de alta calidad que navegaba sin miedo del latin jazz, al funk o al swing al más puro estilo big band, hizo al público rendirse y aplaudir con locura.
Justo después de toda esta euforia colectiva, el encargado de servir los postres en el escenario principal fue Shaggy (muy esperado por gran parte del público del festival de esta edición). Aunque su actitud fue algo cansada y distante durante la primera mitad del concierto, las masas coreaban sus temas más clásicos a todo pulmón, que traían un matiz más reggae de lo comúnpara la ocasión. Incluso cayó algún tema exclusivo, aun por publicar. Si mirabas a tu alrededor podías ver una multitud que parecía reconocer los temas como si fueran parte de su infancia o de su juventud, y que cuando las oían en la radio, por alguna razón, las escuchaban con más atención que todo lo demás. Bien, pues ahí estaban todas y todos, cantando a la vez.
A todo esto, el resto del recinto también respiraba música por todas partes, y no precisamente con poco éxito. Y es que la noche del Lion Stage fue una noche muy especial para una cantidad de gente, que en algunos momentos rebosaba. Marga Mbande con sus ritmos africanos frenéticos y con un color muy hip hop y funk ofrecieron un estilo muy duro y bailable a la vez, con cuatro voces femeninas en muy buena sintonía y unas letras muy rebeldes y agitadoras de conciencia.
Aun así, el que se llevó la palma por asistencia y forward fue el joven francés Panda Dub, que nos deleitó con su show de dub live en escenario, con sus mejores temas (tanto del último álbum como de su primer material), añadiendo además pistas exclusivas instrumentales sobre los temas que todo el público ya conocía. Su estilo steppers digital con constantes sonidos instrumentales étnicos ha creado escuela en Francia, así que aquellos que querían más pudieron seguir disfrutando del mejor dub francés en la Dub Academy, con Ondubground y Mahom Dub (tan duros y tiernos a la vez como siempre).
Eso si, ver Panda Dub significó para muchos perderse la magnífica sesión de presentación del proyecto Women Soldier, con el barcelonés Chalart 58 como productor (con sus riddimsy dub en vivo característicos por la claridad y meticulosidad en el sonido y la composición) y seis enormes voces femeninas locales e internacionales, actuales y con una larga carrera por delante. Investigad si tenéis la ocasión, todas ellas merecen vuestra atención. Sus nombres son Emma Youth, Matah, Sista Mary Jane, Belén Natalí, Sis I-Leen y Sista Awa. El poderío de las seis con el talento de las producciones hizo que el tiempo en la Dub Academy pasara verdaderamente deprisa en la mente de cada uno y de cada una. Hubo sorpresas como la aparición de Nacho al saxo (de Each One Teach One, Valencia) con un solazo como los que ya nos tiene acostumbrado a oír. El problema fue que se hizo demasiado corta.Por lo menos no duró lo suficiente como para que cada una ellas se pudieran lucir en todos los matices posibles. La conclusión está clara, esto tiene que durar, repetirse y crecer. Es tal vez uno de los proyectos que más lo merezca de todo lo que hemos podido ver últimamente.
De la misma manera, la gente que prefirió quedarse en el Lion Stage después de Panda Dub pudo disfrutar del brillante directo de la banda malagueña Malaka Youth, por tercer año consecutivo en el Rototom Sunsplash, y con aparición sorpresa del brasileño Dada Yute. Con un sonido de inspiración clásica y roots y con una voz suave de sorprendente afinación demostraron por qué tienen a un público tan fiel, que les sigue allá donde van. Y su interacción con el público fue constante, con desparpajo y con un mensaje de amor por la música, y por la gente que les rodea.
Y de amor a la música consiste todo esto, y pese a algún tambaleo, el mensaje sigue siendoy claro, conciso y conocido por todas y todos los presentes. Y seguimos.
Texto: Miquel Pérez
Fotos: Raquel Antúnez